1. Mi hijo y yo


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... mano en mi cola, mientras veía como moviendo su cuerpo, su verga entraba y salía de la cola de mi hijo y escuchaba los gemidos de placer que daba Camilo a medida que lo estaban cogiendo. "Ponte delante de él y que te chupe el coño mientras lo sigo follando", me dijo, haciendo que me ponga de piernas abiertas frente a su cara, dejando que mi hijo me mame la cuca, mientras que mi pareja le estaba cogiendo la cola, "cariño, cuéntanos con cuantos hombres te haz acostado, a cuantos le haz tragado la leche y cuántos te follaron por el culo", me dijo mi pareja que les cuente, "verdad Camilo, que queremos saber lo puta que es nuestra mujer", le dijo Jose a mi hijo, moviendo su verga bien adentro de la cola de mi hijo haciendo que gima de placer, "si mami, cuéntanos, queremos saber lo puta que eres", me dijo Camilo con su cara toda mojada de mis jugos vaginales y volvió a seguir mamando mi cuca. Entre gemidos de placer les empecé a contar de como había sido mi vida sexual antes de ahora, y contando eso me empecé a poner mas y mas caliente, deje de hablar porque no podía, solo gritaba de placer al ...
    ... sentir a mi hijo mamar mi cuca y escuchar los gemidos de mi hijo y de mi pareja cogiendo, "no puedo más, no puedo más", empecé a gritar viniéndome en la boca de Camilo, mientras Jose gritaba también llenando la cola de mi hijo con su leche. Al rato de estar así, me puse en pie y me paré al costado de mi pareja que todavía no había sacado su verga de la cola de Camilo, viendo como poco a poco la iba sacando, hasta que la sacó toda, vi su ano, abierto, sucio, con sangre, como pujaba y le salía leche de la cola. Eso me dio entre lastima, morbo, excitación, agarré la verga de Jose y me la metí en la boca, empezando a mamarla, a lamerla,, apoye una de mis manos en la espalda de mi hijo y no lo deje levantar, deje de mamar la verga de Jose y le empecé a mamar el ano a mi hijo, estaba salida, jamás en mi vida pensé llegar a hacer esto, pero sabía que era por el bien de los dos, y ahora eramos tres, ya que estaba embarazada, tenía que dejar los prejuicios de lado y ser como Jose quisiera que sea, al igual que mi hijo. Era el precio que teníamos que pagar por esta vida de lujo que se nos presentaba. 
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