Pasión por el chocolate I
Fecha: 12/03/2019,
Categorías:
Fetichismo
Autor: latosita, Fuente: SexoSinTabues
Como Fernando, mi novio, vivía muy cerca, era común que mis padres me dieran permiso de pasar algunas tardes de sábado en su casa, al principio, acompañada por mi hermano, pero poco a poco fueron más permisivos y llegó el momento en que podía ir sin mi chaperón. A mi novio y a mis amigos les gustaban los videojuegos, casi al punto de poder considerarlo un vicio, era cosa de que se sentaran frente a la pantalla, encender la consola y olvidarse de lo que pasaba a su alrededor; podían pasar horas y mi novio ni se acordaba que yo estaba ahí, hasta que llegaba el momento de irme a mi casa; a mí me molestaba porque se suponía que ese tiempo debía dedicármelo y aprovechar para portarnos mal. Un sábado, ya habíamos quedado de vernos en su casa; después de bañarme elegí bien la ropa que llevaría para provocarlo: Ropa interior de encaje, con bragas y sostén, a juego, en color rosa con moñito color vino; minifalda negra a media pierna con aberturas pequeñas a los lados; blusa blanca semitransparente que, si te fijabas bien, se podía notar el color del brasier y unas zapatillas negras, cerradas, de tacón bajo, aproximadamente 4 centímetros; me peiné como acostumbro, con una coleta y, de maquillaje, solo brillo labial, lo normal para una chica que estaba próxima a cumplir los 15 años. Me despedí de mis padres, que estaban en la cocina, al llegar a la puerta, mi hermano me dijo que me veía muy bonita y me pidió que modelara para hacerme unas fotos; me dio risa, pero de todas formas ...
... acepté y realicé algunas poses, luego me pidió que le diera la espalda y girara un poco el torso y la cabeza, volteando a la cámara; tomó varias fotos y si me hubiese acordado de que tenía en su compu una carpeta con fotos de mi trasero y piernas quizá no le habría dado mucha importancia, porque ansiaba ver a mi novio. Salí y caminé emocionada, imaginando lo que me haría Fernando cuando estuviéramos solos, pero me llevé una desagradable sorpresa al llegar a su casa, sus amigos llegaron antes que yo y ya habían preparado todo para jugar: botanas, dulces, refrescos y un disco con el nuevo juego que acababan de comprar. Me sentí un poco decepcionada, pero mi novio me invitó a sentarme en un sillón, junto a él y me acercó una caja pequeña con gran variedad de chocolates: Kisses, Ferrero Rocher, Hershey’s, Carlos V y hasta chocolate líquido, del que se usa para helados y postres; al menos tenía con qué entretenerme mientras los veía jugar; lo único que no me gustó fue que tenían muy alto el volumen y me ponía de nervios escuchar música, disparos y, además, los gritos de los chicos. Como jugaban por turnos, los chicos cambiaban de lugar para sentarse frente a la pantalla, uno a cada lado de mí; estaba jugando Fernando, sentado a mi izquierda, con Marcos, su mejor amigo, a mi derecha, yo tomé unos panecillos y les puse chocolate líquido, pero Marcos se movía mucho, como si hacer ademanes y estirar las manos fuera más efectivo que usar correctamente los controles. Accidentalmente derramé ...