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En las cabinas eroticas
Fecha: 13/03/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Slim Pantyhose, Fuente: CuentoRelatos
Hace ya algún tiempo venía comentando con mi esposa que tenía muchas ganas de ir a unas cabinas eróticas que se encuentran en el centro de la ciudad de México. Ella estaba un poco exceptica pero al fin y al cabo la convenci. Llegamos a las famosas cabinas que se encuentran en eje central más o menos como a eso de las 2 de la tarde. Antes de llegar pasamos a una farmacia y compre una caja de condones, y aunque ella me pregunto que para que los quería, solo le dije que los llevaba por cualquier cosa que se pudieran necesitar. Jamás habíamos entrado en esos tétricos lugares y de entrada, lo primero que pudimos percibir fue un fuerte olor a semen. Ya estábamos ahí, parados, no había forma de hecharse para atrás. Escogimos una película y nos metimos a verla. Ella un poco molesta me dijo que no había tenido caso ir hasta allá para ver una película porno, que mejor la hubiéramos visto en casa, pero después de eso, vimos pasar a dos tipos por fuera de la cabina. Ella se puso un poco nerviosa y trate de tranquilizarla. En pocos segundos y cerca de donde esta yo sentado, en un orificio de la pared vi que se asomaba un pito más o menos delgado, pero un poco largo. A mi esposa le dio un poco de asco por el olor que despedia ese miembro frente a nosotros. Le pedi que lo tocara y poco a poco se fue animando a tocarlo. Lo comenzó a acariciar primero con la yema de los dedos ...
... y después ya tenía toda la mano abrazando a aquel pito desconocido. Le puso el condon sin lubricar que habíamos comprado antes de entrar. Con mucho cuidado y después de tenerlo puesto abrió su boca, saco su lengua y comenzó a lamerlo. De repente se lo metio todo a la boca y comenzó a mamarlo en su totalidad. Con una cara de lujuria y una sonrisa de malvada se lo saco de la boca y sin más ni más me lo ofrecio. Me hinque y me lo meti a la boca también yo. Era una sensación deliciosa, jamás lo había hecho y la verdad es que me sentía en la gloria. Me lo saque de la boca, lo tome de la base y le di un par de golpecitos en la cara de mi mujer y después de que se lo volvió a meter en la boca y morderlo ligeramente, el tipo se dejo venir llenando el condon en la bolsita que queda frente a la cabecita. Se fue de donde estaba ubicado y más tarde vimos pasar a un tipo, con la apariencia de albañil, pienos que ese fue el miembro que mamamos. Fue una deliciosa aventura. Ya de regreso a casa ella me insistió que para cuando la volvía a llevar a aquel hermoso, pero apestoso lugar, le dije que cuando ella quisiera, pero que ahora, en lugar de que ambos lo mamemos, yo seré quien lo mame y ella será quien ponga su panocha, para que sea penetrada. Aceptó gustosamente, ahora esperaremos a que llegue la quincena para que podamos disfrutar de un buen rato de sexo sin compromiso.
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