1. Así cambió mi vida


    Fecha: 15/03/2019, Categorías: Anal Autor: LUISINHO, Fuente: CuentoRelatos

    ... contagio del VIH, él seriamente respondió que no tenía tal enfermedad y yo también contesté que no era portador de ninguna enfermedad. Parece que con esto me liberé de temores y le dije:
    
    —Quiero ser tuya, quiero sentirte dentro de mí.
    
    Allí fue donde sentí que su miembro estaba endureciéndose más y me preguntó si podíamos hacerlo desnudos... yo me sonreí y le contesté:
    
    —claro que vamos a estar desnudos.
    
    Él replicó y señalándose el bóxer me dijo:
    
    —él desnudo.
    
    Sonreí y le dije:
    
    —ah…! lo que tú quieres es cogerme con tu pene peladito.
    
    Le contesté que estaba bien y le aclaré que tenía que lavarme bien en el interior de mi culo, a lo que él dijo que si, que era muy necesario.
    
    Me alzó y me llevó al dormitorio. Ingresé al baño, encontré una bombilla de enemas y lo que hice fue mezclar agua con jabón y me aplique (Esto lo recuerdo de mi abuela que así nos aplicaba cuando estábamos mal del estómago y nos hacía botar sapos y culebras… jajajaja). Me aplique algo de 4 veces las 2 últimas con agua pura no más, porque ya no botaba nada de impurezas (ya saben a lo que me refiero). Nuevamente de jaboné bien el culito, la rajita del poto, el “agujerito” que tenía que darle mi mejor presentación y me eche crema de cuerpo allí.
    
    Abrí la puerta, él estaba viendo noticias de Tv, se paró y me dijo:
    
    —Yo seré quien te desnude.
    
    Allí mi cuerpo y mi mente como que se entregaron completamente al otro cuerpo y ya no era yo, era esa mujercita que estaba dentro de mí y ...
    ... quería explorarme yo misma, quería experimentar con un hombre, me apretó contra él y pude sentir su “ endurecido pene”, me desató la batita, me lleno de besos los hombros, me desató la tanguita, allí todo estaba comprimido, era la timidez que sentía ante un imponente cuerpo de otro hombre, yo hacía lo mismo, le saqué la bata y con la curiosidad que me embargaba, alegremente le dije:
    
    —a ver niño que tienes acá en este paquetito —agachándome en cuclillas le bajé el bóxer— ¡ahhh...! —dije yo con un tono coqueto y femenino— que hermoso.
    
    Su pene se había desplegado totalmente, había estado allí aplastado y por fin tuvo la oportunidad de mostrarlo. Era hermosamente grueso, con una cabeza de piel bien templadita y más gruesa aún, pregunté si se había medido el diámetro de la cabecita y contestó que era 2” un poquito más y el grosor de su pene si era de 2” exacto, le di un beso en la cabecita, mejor dicho, me metí a la boca la puntita de su cabecita, acariciando sus huevos, al mismo tiempo estaba en mi mente que me parecía imposible estar besando un pene, acariciando los testículos de un hombre, como que quería grabar todo en mi memoria.
    
    Me levanté suavemente y empinándome besé a Abdil; con la mano en su pene de hecho que ya nada tenía restricción, así que el beso era con lengua.
    
    Así nos fuimos a la cama y ahora si había que ingeniárselas, me acosté boca abajo y le dije que me penetrara; abriéndome yo mismo mis nalgas pero no era tan cómodo para penetrar, así que me colocó ...
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