Mi empleada de 20 años - Relatos Eróticos

Mi empleada de 20 años

... engañando con una de esas amigas. 
En ese momento pensé que era tiempo de arriesgar todo o nada por lo que me dispuse a comentarle de nuevo que cualquier hombre quisiera daría lo que fuera por estar con ella, ella me dijo que ya lo dudaba puesto que no entendía porque su novio se portaba así, en ese momento solté la bomba y le comenté si no fuera porque estoy casado y soy más grande que tú la verdad ya te hubiera invitado a salir, ella sorprendida me miró fijamente y me dijo que no dijera eso porque yo tenía esposa, a lo que le contesté que claramente sabía qué tenía esposa sin embargo se debe de reconocer cuando una mujer es atractiva justo como ella,  ellas se sonrojó y su pregunta siguiente fue entonces yo te gusto?. Me tardé un par de segundos en contestar su pregunta sin embargo le dije que antes de contestarle yo le preguntaba lo mismo, en ese momento ella se sonrojó un poco más y agachó la mirada y me dijo la verdad es que sí como quisiera que mi novio me tratara de la forma en que tú me tratas, cuando dijo eso me acerqué un poco más a ella me coloqué unos centímetros en su cara rodeé su cintura con mis manos y sin más me acerqué a darle un beso, un beso tierno y lento no duró mucho aproximadamente unos segundos cuando ella se despegó y me dijo que eso estaba mal y me reiteró que yo era casado, le dije que ahí tenía su respuesta, y que aunque fuera casado entre nosotros no habría nada más de lo que ella permitiera, en ese momento me volví a acercar a sus labios y le ...

... di otro beso, este segundo beso fue más duradero y más apasionado ella comenzó a jugar su lengua con la mía que lo correspondí acercando un poco más a mí ella comenzó a desfajar mi camisa y a introducir sus manos por debajo tocando directamente su con sus manos mi piel, yo hice lo mismo con su playera la deslicé un poco hacia arriba y comencé a acariciar su espalda baja, mientras nos seguimos besando mis manos comenzaron a bajar tomando y acariciando lentamente su par de nalgas duras y firmes que se me antojaron desde el día en que la conocí, ese día ella llevaba un leggins ajustado que permitía que casi el contacto fuera directo, la temperatura fue en aumento y nuestro beso se encendió más de un momento a otro yo la llevé hacia mi escritorio caminando sin dejar de besarnos y sosteniendo firmemente su culo precioso, cuando llegamos a mi escritorio ella comenzó a desabrocharme la camisa eso me dio la señal perfecta de que iba a pasar algo más allá de esos besos, en ese momento Yo comencé a besar su cuello la levanté por las nalgas, y la subí a mi escritorio para ese momento ella ya había desabrochado mi camisa la cual cayó en el piso yo hice lo propio con su blusa se la desprendí de esa botoné su brasier y me queda un momento observando esa par de enormes tetas morena con un pezón oscuro grande que solo pedía una cosa ser mamado por mí en ese momento. 
Sin más comencé a bajar de su cuello hasta besando su pecho cada uno de sus senos y al llegar al pezón me detuve un poco lo ...