Tu debajo de mi mesa
Fecha: 18/03/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: bibliotecaria, Fuente: CuentoRelatos
... boca
Inexplicablemente mi sentido común está cualquier sitio menos aquí, y como ya ha ocurrido en tantas veces, repito paso por paso lo que me indicas.
Y las órdenes continúan tras la pregunta de qué amigo he traído hoy y la orden de que me lo meta aquí en el medio de toda la biblioteca. No puedo creerme lo que me estas pidiendo, te has levantado más perverso que de costumbre Amo…
Y yo sigo excitándome, aquí con mis compañeros cerca y la gente entrando y saliendo.
De nuevo más indicaciones mientras te cuento lo que estoy sintiendo cuando aprieto y contraigo la vagina, como noto que roza mis paredes y de qué manera responde mi clítoris que no para de crecer, mientras que ahora me pides que lo acaricie y lo apriete con los dedos.
Llaman al teléfono y tengo que atender una consulta, intentando recuperar la cordura, mientras mi cuerpo sigue respondiendo a tus órdenes, mi voz está alterada, sólo espero que nadie se percate de ello.
Eres consciente de cómo me provocas y de qué manera me excitas, y te aprovechas de ello. No puedo creerme que estoy masturbándome para ti en mi lugar de trabajo, y a ti parece encantarte eso y me pides que me acaricie cada vez más rápido…
—Acarícialo de abajo arriba, ahora céntrate en el clítoris y mueve tus dedos más rápido
Como algo ajeno a mi voluntad, comienzo a sentir el cosquilleo en el estómago, mis pezones se ponen cada vez más duros. Los labios de mi vagina se hinchan y se contraen siguiendo tus palabras, palpitan ...
... abriéndose y cerrándose.
Me invade esta sensación de excitación y deseo...Y no puedo dejar de pensar en donde estoy lo que estoy haciendo. Y cuando me dices que tú también estas ahí en tu trabajo y completamente empalmado… haces que me tiemblen las piernas.
Me cuesta concentrarme, y a la vez el deseo crece y sé que no puedo terminar sin ti:
—Recuerda que tus orgasmos también me pertenecen, solo yo digo cuando puedes disfrutar de ellos
Miro a la gente, el rubor sube por mis mejillas y tus palabras me aceleran, te imagino aquí, tocándome por debajo de la mesa, ante las miradas de todos y tu voz susurrándome al oído mientras tu escuchas mis suspiros.
Como sigas ordenándome que me toque sabes que terminaré en cualquier momento, y me das tu autorización:
Disfruta del momento, déjate llevar
Y sin saber de nuevo cómo, has conseguido que me corra ante tus órdenes y ante la gente que trabaja en la sala…
La vergüenza me durará toda la semana, sólo de pensar en la posibilidad de que alguien se haya dado cuenta de mi deseo y su desenlace… eres perversamente encantador…
No te parece suficiente calentarme en el trabajo y embaucarme para que me quede sin bragas y disfrutando de la humedad que tus palabras me causan, sino que ahora quieres regocijarte en las sensaciones que eso me producen.
Estas han sido mis impresiones, que ahora al recordarlas vuelven a trastocar mi ánimo y si me dejaras comprobarlo no dudaría de que recordarlo ha hecho que de nuevo mi rajita este ...