1. Un aliciente a la infidelidad de mi esposa 2


    Fecha: 19/03/2019, Categorías: Incesto Autor: iccs, Fuente: SexoSinTabues

    ... encontraba en la ciudad de destino y que en la noche la volvería a llamar, afortunadamente no me pregunto por el nombre del hotel. De allí en adelante ella se dedico a engalanarse y no teniendo que salir a la calle se puso una falda negra algo corta, que hacía mucho tiempo no usaba, una blusa blanca, medias de liguero, tacones altos, quedando muy sensual. Todo esto lo fui copiando con mi otro celular para evidenciar la premeditación de la visita y comprobarle si era necesario, que no fue algo impensado. Pasadas las 9 de la noche llego Rafael a visitar a la respetable y muy recatada señora. Se abrazaron un beso efusivo y ella lo hizo seguir a la sala, allí quedaron perfectamente ubicados para observarlos. Rafael le llevo una botella de licor y mi esposa había preparado unas botanas para más tarde y yo mientras tanto en mi hotel serví un trago largo de whisky para esperar y ver qué acontecía en mi casa. Todo se fue desarrollando tan lentamente, que llegue a pensar que su relación era amor platónico. Pero para que ellos se sintieran en confianza le envié un mensaje de texto a mi esposa diciendo… Ya llegue al hotel, estoy rendido, me voy a dormir mañana nos vemos, feliz noche. Pasando el tiempo, Rafael logro que mi esposa bebiera más de lo que normalmente ella hace para mantener la compostura de señora recatada y respetable, ella si acaso prueba un sorbo de la copa y nada más. Pero esta vez cuando la vi pasar de la primera a la segunda ya comencé a imaginar que la situación se ...
    ... pondría candente. Y así fue que a eso de las 11 de la noche, las botanas no las habían tocado, en cambio comenzaban a compartir abrazos, besos, caricias y muchas risas, todo esto bastante insólito en mi esposa. Era evidente que entre semana cuando se encontraban no podían consumir licor como lo estaban haciendo esa noche y sus encuentros serian más sosegados, pero esta vez, al ritmo que iban con el licor, la noche prometía ser candente. Rafael se levanto del sofá y se sentó en la mesa de centro, quedando frente a frente con mi esposa, las caricias en sus piernas, aprovechando que la minifalda se le había recogido, no tardaron en llegar, luego vinieron las caricias en la mejilla, el cuello y el descenso hasta sus senos. Rafael le fue abriendo la blusa hasta lograr sacarle del brasier los senos y comenzar a acariciárselos, besarlos y más tarde chuparlos emotivamente. Estando frente a frente ella se acerco para que Rafael la besara y cuando el clima se calentó, el se levanto y se fue sobre ella quedando sentado a su lado y su mano comenzó acariciar inicialmente sus muslos hasta llegar a su concha, el le corrió la tanga negra de encaje y luego mojándose en saliva un dedo comenzó a introducírselo, acompañado de masajes en el clítoris, con estas primeras acciones mi esposa empezó a gemir. Los besos no paraban, mezclaban sin cesar sus lenguas produciendo sonidos en cada separación, Era increíble como besaba mi esposa, nunca la había visto tan compenetrada. Y fueron desnudando sus ...
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