1. una familia muy normal 2


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Incesto Autor: sayago19, Fuente: SexoSinTabues

    Pensando descubrir a mi Tía, la sorpresa me la llevé yo. Al abrir la puerta me encontré con Mariana hermana gemela de Ana (la forma de reconocerlas era el tipo de corte de cabello: Mariana lo llevaba a los hombros y Ana hasta media espalda) arrodillada frente a mi vistiendo una larga playera de algodón donde se marcaban sus pezones erectos. “¿qué haces?” pregunté “déjame entrar y charlamos, no quiero que tu Mamá o la mía nos vean así, yo con mi playera de dormir y tú desnudo y con el arma lista para disparar” respondió sonriendo Entró y cerré la puerta, cerciorándome de que nadie nos había visto. Tome un cobertor para cubrirme pero Mariana me detuvo “no te cubras, vamos a hablar con la verdad desnuda” dijo con picardía y se despojó de su playera quedando tan desnuda como yo; tomó asiento en mi cama y me preguntó: “¿qué le hiciste a mi hermana?” “yo nada” “No mientas; la vi entrar al cuarto desnuda, borracha y seguramente penetrada por las tres vías” “Se la pasó de lujo, pero no conmigo” “¿entonces”? Por toda respuesta tome mi celular y le mostré el video que había tomado, Ella estaba completamente absorta mirándolo; por lo que tuve tiempo de observarla con calma: Sus senos eran un poco más redondos y grandes que los de Ana, además Mariana tenía un lunar junto al pezón derecho, las caderas y piernas eran casi idénticas. La respiración de Ella se aceleraba, sus pezones estaban durísimos (por lo que se veía) y abrió un poco los muslos colocando su diestra entre ellas; cuando vio ...
    ... salir a su Mamá sus ojos se abrieron aún más. Al concluir la grabación me entregó el teléfono. Su mano temblaba, me senté a su lado y la abracé. “Tranquila, Ana y Alberto querían tener relaciones; además nadie los obligó” “Ana es una zorra y ya le traía ganas a Beto pero no sabía cómo tirárselo; pero mi Mamá” “Ella es adulta y seguramente tiene deseos atrasados desde que se separó de tu Papá” Coloqué su mano en mi pierna y la apreté contra mi pecho, levantó un poco el rostro cosa que aproveché para besarla en los labios. Sin darle tiempo a reaccionar me acosté en la cama sin soltarla, atrayéndola junto conmigo, de tal forma que quedó sobre mi. Mi erección se apoyaba en uno de sus muslos, “¿puedo?” me preguntó y sin esperar respuesta tomo mi miembro con su mano iniciando un suave masaje por el tronco del miembro y acariciando suavemente el glande. Mi boca chupa su pezón, después de tocar su lunar con la punta de la lengua, y mi diestra busca la entrada a su mojada y cálida cuevita. La detengo y giro para que ambos probemos nuestros jugos, debo reconocer que era una experta usando su lengua y dando pequeñas mordidas en la cabeza del pene, mi lengua por su parte no dejaba de jugar con su clítoris caliente y endurecido. “dale de comer a mi bebita, papi, por favor” me dijo con su voz plena de deseo. Prontamente obedecí, penetrándola con suavidad en la posición del misionero, sin embargo Ella me tomó de las nalgas y procedió a marcarme un ritmo fuerte y rápido para embestirla (tal ...
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