Mi inicio gay y demás - Relatos Eróticos

Mi inicio gay y demás

... pregunto, pero por la cara que me vio intuyo que ya había perdido mi virginidad, le conté, todo con pelos y señales, tanto que hasta se puso cachonda. Con este hombre aprendí mucho y bien me enseño lo que es ser un pasivo si recordáis lo que cuento al principio se podría decir que mis relaciones gay eran laight casi infantiles, salvo el cabrón imbécil del instituto, pero este hombre despertó en mi la puta que llevo dentro. De todas las posturas que me follo hubo dos que me cautivaron en una ocasión me hico sentarme encima de él mirándonos con toda su esplendorosa polla dentro de mi chiquito mientras le cabalgaba me presionaba las tetas las estrujaba, acariciaba, jugaba con mis pezones, los lamía y como me ponía eso ya he dicho que su polla era enorme si bien mi chiquito ya estaba acostumbrado, la sensación de tenerlo dentro, sentirme lleno, suyo y como me acariciaba las tetas y lamia mis pezones siempre me producía una erección descomunal, ahora lo que más me gustaba es cuando me quedaba quieto y el también sintiendo ese pedazo de polla dentro de mí. Otra que me gusto mucho fue la de ...

... cucharilla me abría de piernas y una vez dentro de mi chiquito su polla cerraba las piernas y ahí sí que era un culmen, ya me había enseñado cómo hacer para contraer el chiquito, el alucinaba pues mi chiquito aún estaba muy cerradito y cuando lo contraía me presionaba de la cintura y era un salvaje en sus vaivenes, pero sin duda lo que más le gustaba era cuando era yo quién me meneaba el culo, me meneaba despacio me gustaba mucho sentir como su polla iba saliendo poco a poco de mi culo y me la volvía a meter despacito, sintiendo cada milímetro de su polla entrando en mi chiquito así podía estar mucho tiempo dándole placer a mi hombre y a mí mismo sus corridas eran explosivas y entonces hacía lo que a mi hombre más le gustaba, lamer su capullo y saborear toda su polla. El tío solía viajar por trabajo y cuando iba por mi ciudad 5 o 6 veces al año, me llamaba y nos veíamos para follar esto duro como dos años, pero ya había espabilado y otros hombres adultos (no me gustaban jóvenes) me follaban, mientras le hice una faena intencionada a mi “novieta” no tuve el valor de decirle la verdad.