Mientras me masturbaba - Relatos Eróticos

Mientras me masturbaba

Una noche de viernes estaba en mi oficina que está detrás del patio de la casa, eran pasadas las 12 PM y estaba masturbándome rico mirando páginas de internet de lesbianas que son con las que siempre me masturbo bien rico. Estaba mirando una película de tres doncellas que se intercambiaban besos riquísimos, una de ellas tomaba de la mejilla a la otra, acercándole los labios y la otra apenas abría la boquita para recibir los dulces labios que se le acercaban, mientras las dos se besaban la otra se arrodilló entre ellas para mirar con lujuria sus puchas, las comenzó a acariciar, acercaba su nariz y las olía notándose que disfrutaba mucho el olor de la lujuria que se desprendía de esas ricas vaginas medio peludas, yo, recostado en el sofá me había desnudado y mientras las doncellas lujuriosas se besaban me comencé a tocar las dos chichitas, tenía la verga ya bien parada, parecía un palo grueso duro y soltando lechita blanca, cuando una de ellas comenzó a chuparle la pucha a la otra, yo comencé tocarme la cabezota de mi verga, totalmente húmeda, y cuando la otra comenzó chuparle las tetitas a la que estaban mamando, me acaricié mis tetitas con mis dos manos, con los dedos llenos de lechita blanca, miré como se mecía mi ...

... verga que es grande y gruesa, cuando en eso veo que en la puerta que al parecer había dejado entreabierta, está la hija de la empleada que habíamos contratado, en pijamas, mirándome y al verla le dije que pasara que no se quedara ahí, me dijo que es que se acordó que no había metido un pantalón que ocupaba al día siguiente, que por eso se había salido, me preguntó que si estaba mirando películas, le dije que sí que entrara y se sentara a mi lado. Se quedó viendo mi verga, y comenzó a ver la película rica que estaba mirando, noté que se excitó al comenzar a ver las mujeres besándose y mamándose sus puchas, ricas, húmedas y gorditas, me di cuenta que se había comenzado templar bien rico, de pronto me vuelve a ver mi verga y se agacha como recostándose en mis piernas y me comienza a chupar, le acaricio su cabello sedoso que olía bien rico, le doy besitos en la nuca, la acaricio las nalgas, como estaba por explotar para no venirme todavía la recosté, le levanté la pijama le quité el calzoncito y la comencé a chupar, qué puchita más rica! Estaba tan húmeda, que me estaba tragando toda la lujuria rica que su puchita soltaba, al rato se contorsionó, le temblaron las piernas, me subí encima de ella y se la metí toda bien rico.