Mi pasión por coquetear con extraños. - Relatos Eróticos

Mi pasión por coquetear con extraños.

Hola, lind@s ¿Cómo están?

Hoy les contaré mi gran fascinación por ir sola a la playa y dejarme fotografiar por extraños.

Para quienes aún no me conozcan: mi nombre es Catalina, tengo 21 años actualmente y siempre me gustó mostrarme, ser observada, llamar la atención tanto de hombres como de mujeres.

A mis 18 años surgió la oportunidad de venirme a vivir sola a un lugar turístico, precioso. En cualquier dirección que escoja tengo algo para disfrutar, playas, colinas, montañas, reservas naturales, lo que quiera. Por supuesto está constantemente repleto de turistas y la mayoría son personas adultas, porque es mas bien un lugar para relajarse, no es un lugar que la juventud elija para fiestas y discotecas.

Un día de verano, mas o menos a las 17hs, fui completamente sola a la playa, caminé un poco hasta encontrar un lugar lo mas apartado posible de la multitud, donde pueda tener espacio. A lo lejos pude ver a un señor solitario sentado en la arena observando el mar. Pasé por en frente de él y pude notar su mirada recorriendome, de reojo pude ver que había dejado de observar el paisaje para verme a mi.

Era un hombre grande, diré que de unos 65 años, desalineado, algo obeso, estaba sucio y se lo notaba cansado, pues detrás de él tenía su equipo de pesca, evidentemente había estado todo el día pescando. Decidí que él sería mi victima. A unos 10 metros coloqué la manta en la arena y me acosté. Primero boca arriba, con mis gafas de sol, mirando hacia ambos lados para ...

... ver qué sucedía. Él no disimulaba para nada, me clavaba su mirada, pero era exactamente lo que quería.

Minutos después decido darle la gran vista, me coloco boca abajo y me acuesto con mi cabeza girada hacia él. Como tenía mis gafas de sol podía mirarlo sin que él lo supiera fácilmente. Yo llevaba un bikini negro hermoso que tenia muy metido en la raya de mi culito, asi que podia ver a la perfección mis nalgas.

Para jugar con él, fingí acomodar la manta y me ponía de perrita, para moverle un poco el culito y ver su reacción. Volví a acomodarme y noté que había agarrado su celular y me apuntaba con su cámara. El muy cabrón era muy malo disimulando. Para mantenerlo bajo control, me quité las gafas para que supiera que podía verlo y automáticamente atinó a esconder su celular.

Volví a colocar mis gafas y no tardó un segundo en volver a grabarme. Pero lo dejé hacer. Me estaba gustando demasiado la situación. Movía mi culito de izquierda a derecha y fingía quitarme arena de las nalgas.

La situación me había superado, la tarde se iba yendo y debía actuar. Me levanté de repente, caminé rápido hacia él y fingiendo estar muy enojada, le dije:

Yo: ¿Usted me está grabando?

Señor: eemm eehh no para nada

Yo: Enséñeme ya mismo su celular o haré un escándalo

Señor: Discúlpeme, señorita, tome

Fui tan rápida que lo tomé por sorpresa, no le di tiempo a borrar nada. Parada a 2 metros en frente de él, entré a su galería y tenía unas 20 fotos de mi culo, con el zoom al ...