Sorprendida por mi hijo me dio la mejor cogida de mi vida - Relatos Eróticos

Sorprendida por mi hijo me dio la mejor cogida de mi vida

Soy una mujer madura de 46 años viuda y madre de dos hijos uno de ellos el menor vive conmigo y es el protagonista de este relato
Ese sábado desperté con un enorme deseo de coger y como suponía que mi hijo estaría ausente durante todo el día después de bañarme fui a mi recamara completamente desnuda 
Ahí comencé a masturbarme metiendo un par de dedos en mi peluda y ardiente panocha
Estaba disfrutando de mis dedos con los ojos cerrados y gimiendo ruidosamente que no escuche la llegada de mi hijo
Me percate de su presencia cuando retiro mi mano de mi panocha
Ya estaba desnudo con la verga parada 
Tuve unos segundos de desconcierto los que aprovecho para meterme la verga 
Recuperada trate de rechazarlo pero ya era demasiado tarde continuaba metiéndome la verga
Corazoncito soy tu madre le dije
Eso no lo olvido pero en este momento eres una mujer que requiere de una buena metida de verga
Como ya tenía toda la verga adentro me relaje y permití que continuara cogiéndome
Su verga ya ...

... estaba moviéndose dentro de mi panocha 
Sus bombeos los estaba realizando de una manera extraordinaria
Ponía la verga en la entrada para meterla al fondo
Que rico mi amor comencé a decirle
Mis piernas que antes colgaban ahora estaban rodeando su cuerpo
Le fui diciendo, así cariño méteme toda tu verga tráteme como si fuera una cualquiera
Quieres que te diga que eres una puta
En este momento si lo soy ya que me estás dando la metida de verga que jamás imagine
Me estoy entregando como si no fueras mi hijo
Entre jadeos y resoplidos fuero llegando los orgasmos mas  ben fueron squit 
Bañe su cuerpo con mi abúndate leche que aunque trasparente no deja de ser leche
Papi dame tu leche en la boca quiero saber a qué sabe
Su sabor fue de mi agrado tibio y dulzón y lentamente la fui bebiendo 
Todavía me encontraba agitada cuando le dije que quería más verga
Para no alargar este relato ese sábado me metió la verga cinco veces
No hay nada que se compare al que tu propio hijo te meta la verga