El conserje me anda cogiendo. - Relatos Eróticos

El conserje me anda cogiendo.

Mi nombre es Viridiana, tengo 18 años y voy en primer año en una Universidad privada.
El conserje de mi universidad es medio gordito pero tiene una vergota.
Su nombre es David. Tiene 38 años. Obviamente, está casado.
Algunas veces lo veía barriendo los salones de clases o lavando los baños.
Ese cabrón tenía algo que me excitaba, no sé cómo explicarlo. Solamente las chicas me entenderán.
En una ocasión lo vi, ya era tardecito,  estaba solito cerca de los baños, estaba barriendo.
Me dije a mi misma, la que no arriesga no gana, tomé mi libreta y en un pedazo de hoja le escribí mi número de teléfono.
Con el siguiente mensaje: Marcame, guapo.
Disimule que eche un envase de refresco a el bote de basura que estaba al lado de él. Y le di el papel.
El se quedó sorprendido. Me aleje riéndome coquetamente. Cómo nadie estaba cerca, no me escucharon.
Ya cuando llegué a mi casa, vi una llamada perdida de un número desconocido.
Obviamente me imaginé que era él.
Le devolví la llamada y obviamente me contestó el.
Primero fue una plática muy formal, después ya se puso más cachonda.
Me dijo que él cogía bien chingón, no como los novios pendejos que he tenido.
Que su experiencia en las artes amatorias era mucha y demás cosillas.
Le propuse vernos cerca de una plaza comercial y de ahí al hotel.
Lo bueno era que era sábado y no tenía que ir a la escuela.
Me depile mi vagina y compré una pastilla anticonceptiva del día siguiente. Para que no quede preñada, me dije a mi ...

... misma.
Llegó a la plaza y después de unos diez minutos toma mi mano y me dice chamaca vamos a un lugar más privado. Obviamente era el hotel.
Pidió la habitación y entramos.
Me beso intensamente y me fue desvistiendo y él también. Fue tan cachondo.
Terminamos como Dios nos trajo al mundo.
Me muestra su vergota. Me dice dale unos lenguetazos. Mamamela cabrona.
Me puse de rodillas y le empecé a mamar su vergota. El término en mi boca.
Después nos estábamos platicando, pero fue una plática caliente, cachonda.
Prendimos la televisión pero en vez de poner porno, puse música.
El me dijo ábrete las piernas.
Ya recostada las abrí, el comenzó a hacerme sexo oral. Era un experto me hizo venir como unas dos veces.
Ya cuando estaba bien erecta su verga me dijo vamos a coger.
¿Ya estás lista chamaca?
Vamos a ver si la aguantas chamaca.
Tomo su verga y guía hacia mi vagina y de una sola embestida me la mete.
Empezó con sus embestidas.
Empecé a gemir, el muy cabrón si tenía una vergota. Cómo unos veintidós centímetros.
Mi vagina empezó con sus contracciones vaginales y apretándole su verga.
Cabrona, veo que tienes un perrito bien mordelon.
Se siente bien rico, chamaca. La vagina de mi mujer ya está bien guanga. La vecinita que me ando cogiendo está apretadita pero no tiene perrito.
Así estuvo metiendo y sacando su verga, después me dijo si se podría venir adentro.
Le dije que si.
¿Te andas cuidando? Verdad chamaca.
Obvió, compré unas pastillitas.
¿Pero por qué las compraste? ...