Aida
Fecha: 23/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me llamo Eduardo, esto que me paso fue cuando vivía en Uruguay, con mis padres. Yo tendría unos 13 años, cuando llego a vivir en una habitación que mi abuela tenía en el patio de casa, Aída. Una señora que jamás supe su edad. Mi abuela vivía en la casa de adelante, mis padres, mi hermano y yo, en la casa del fondo, y mi abuelo había construido unas piezas para alquilar. Aída era compañera de trabajo de mi madre, una señora que poco a poco se fue ganando la confianza de mis padres y de mi abuela. Por razones de salud, se pensiono, estaba siempre ahí, en su pieza. Mi hermano es mayor que yo, y siempre se iba, hasta las diez de la noche que venia nuestra madre del trabajo. Yo a esa edad era muy miedoso y Aída se venía a quedar conmigo hasta que venía mi madre o mi hermano. La televisión estaba en nuestro cuarto, y siempre había una silla entre medio de las camas, donde dormíamos mi hermano y yo. No me acuerdo como fue la primera vez que le toqué la cola a Aída, se que ella estaba sentada en la silla viendo tele conmigo, pero eso no me acuerdo. Lo que si me cuerdo, es que había momentos, en que ella agarraba mi mano, la ponía sobre la silla, y se le sentaba encima, haciendo que no se daba cuenta como yo movía mis dedos y notaba la separación de sus nalgas y notaba como movía su cola encima de mi mano. Un día que vino a quedarse conmigo yo puse solo la mano para que siente sobre ella, "tú no le dirás a nadie que me siento en tu mano?", me dijo, yo quedé como alelado, ya que en ...
... mi inocencia de niño, pensaba que no se daba cuenta, la quedé mirando y le dije que no, que no le decía nada a nadie, ella fue hasta la cocina, escucho que cierra la puerta con llave, vuelve al cuarto y veo como se levanta la pollera y se baja un enorme calzón, color blanco, apago la luz, solo se veía con la luz de la tele, me agarra la mano y se la mete entre las piernas, yo sentía como la restregaba contra su concha, sentía los pelos, la sentía caliente, me hizo meterle un dedo, y veía como se movía y se quejaba bajito, yo estaba tan nervioso que me dejaba manejar como ella quería, hasta que da un gemido fuerte y aprieta las piernas con mi mano contra su concha, me dice que me baya a lavar la mano, mientras ella se volvía a subir el calzón, cuando volví de lavarme las manos, ella me hizo sacar la pija, y me acuerdo como me puse cuando me empezó a hacer una paja. Eso fue la gloria para mí. Todas las noches hacíamos lo mismo, ella se sacaba su enorme calzón, yo le metía la mano entre las piernas acariciando su concha y ella después me hacía la paja. Así fue pasando el tiempo, yo en todas las oportunidades que tenía, le tocaba la cola por sobre la ropa y ella miraba para todos lados y viendo que nadie nos miraba, se dejaba sobar las nalgas por encima de la ropa. Yo tendría ya unos 14 años, casi por cumplir los 15, y mi vieja le dijo que no vaya mas a quedarse conmigo, que no quería molestarla más, yo me quedé un poco triste, pero igual le dije que venga, que hacíamos lo que ...