1. Con un peón


    Fecha: 25/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Por razones económicas mi marido, mi hija y yo nos mudamos de la ciudad a nuestra hacienda, a unos 200 km de casa. Después de 2 semanas establecidos allí, me aburría mucho en las tardes. A pesar que corría, montaba bicicleta, hacía pesas, y nadaba para mantenerme ocupada y con mi excelente y casi perfecta figura a los 38 años.
    
    Una tarde a las 4 pm salí a caminar, pero lo hice por los talleres que quedaban unos 200 m atrás de la casa. Oí un ruido de agua y pensé que era una llave abierta y fuí a cerrarla. Al llegar quedé fascinada, allí encontré a un hombre negro musculoso, su pene era enorme y grueso, y no se por que razón me sentí muy atraida por él, el abrió los ojos y me miró. Sentí como palpaba mi cuerpo con su mirada, y su pene empezó a pararse. No pude quitar mi mirada de aquel magnífico sexo, y el se acercó a mi y sin más me beso en la boca con deseo. No me opuse y sus besos fueron deliciosos. Temblaba de deseo y no me opuse a nada. Yo llevaba puesto un short diminuto, una blusa amarrada, y unas sandalias que el empezó a quitarme mientras me besaba. Quedé desnuda y el empezó a besar mi cuello, senos, vientre, y colocando sus brazos debajo de mis piernas, me levantó sin ningún esfuerzo, colocó mis muslos en sus hombros y empezó a lamer mis genitales, aquello fue delicioso y tuve un orgasmo casi de inmediato, pero el no se detuvo, sino que continuó acariciando mi clítorix y vagina con sus labios y lengua, muy pronto tuve un segundo, y luego un tercer orgasmo. Estaba ...
    ... hipersensible y le rogaba que se detuviera, pero el no me escuchaba. Al aproximarme al cuarto orgasmo, me bajo y sin más introdujo su enorme sexo en mi vagina. Estaba súper mojada, súper lubricada, y aquel inmenso sexo me llenó completamente. Nunca en mi vida me sentí tan llena, tan completa, tan poseida, y aquella sensación me llevó al cuarto orgasmo casi de inmediato. Mikel, así se llama, empezó a bombear con lujuria, yo había perdido la cabeza desde hacía rato y gemía de placer como una puta, nunca había sentido nada así. Antes de eyacular, Mikel me dió otros dos orgasmos y al acabar él quedamos agotados. El continuó besandome y pronto me montó por segunda vez, volviendome a dar dos deliciosos orgasmos. Mikel fue muy tierno conmigo y al separarnos nos duchamos juntos, y nos despedimos.
    
    Al llegar a casa estaba muy avergonzada y preocupada por lo que había ocurrido. Nunca antes le había sido infiel a mi esposo, pero ese día había sentido algo totalmente nuevo para mi. Al día siguiente volví y allí volví a encontrarlo, y volvimos a copular con lujuria. Mikel se convirtió en mi amante y el último hombre en desflorar algo en mi cuerpo, pues me poseyó analmente, algo que nunca antes había permitido a ningún hombre.
    
    Un mes después de convertirme en la hembra de Mikel descubrí a mi hija Sarah de 16 años, teniendo relaciones con un chico negro de unos 25 años, al confrontarla más tarde y amenazarla con contarselo a su padre, Sarah me dijo: "Quién eres tu para decirme que debo ...
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