La mujer de mi hijastro 3
Fecha: 30/03/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me molesta lo que pasa, pero mi hijastro está cada vez mas metido en la religión casi no le da bola a su mujer. Sale del trabajo y se va a la iglesia, viene a casa, come y duerme nada más. Los he escuchado discutir a mi hijastro y a mi nuera por eso, he hablado con él y es como si le hubieran lavado el cerebro. Sus conversaciones son exclusivamente religiosas, es como si hubiera caído en un fanatismo sin límites. Mireya me cuenta que su padre está igual, que ha llegado a levantarle la mano a su madre por hablar mal de la iglesia donde van a hacer el culto. Lo único positivo de todo esto,es que Mireya cada vez se entrega más a nuestra relación, y por lo que me cuenta, está tratando de convencer a su madre de que este conmigo, para después intentar convencerla de que cojamos los tres juntos. «Te gustaría sentir a tú madre chuparte las tetas o vos a ella mientras las estoy cogiendo?, de solo imaginarlo mira como me pongo», le dije riendo y pasando mi pija por su mano, «hay no me digas eso que me da cosa», dijo Mireya agarrando mi pija y empezó a subir y bajar el prepucio. «Y si me pongo celosa de ver como la cachas?», me dijo besando mi pija. Yo me reí y me subí sobre mi nuera que estaba acostada a mi lado y la empecé a coger. «Vos estas metida conmigo», le dije chupando sus tetas mientras moviendo mi cintura, sacaba y metia mi pija de su concha. «Malo, sabes muy bien que sí, que me tienes rendida a tus pies», me dijo entre gemidos. Mireya gemia, se movía, me agarraba la ...
... cabeza y la metía entre sus tetas. Me envolvía con sus piernas, estaba como desesperada, «mi amor, que bien me cachas, me haces venir enseguida», me dijo temblando, quedando tendida sobre la cama, agitada, de piernas abiertas, yo le miraba la concha como le salía la leche que le había dejado. «Como me gusta cogerte», le dije metiendo uno de sus pies en mi boca. Esa noche, como todas las noches dormimos juntos, desnudos, abrazados. Al otro día cuando llego del trabajo, Mireya me contó que había hablado con su madre y que ella estaría dispuesta a salir conmigo, como amigos para conocernos, pero que no estaba segura si iba a dormir conmigo. «Y si la invitamos acá a casa y la hacemos tomar, y cuando esté en pedo hacemos lo que queremos hacer?», le dije. «No se, me da cosa de como pueda reaccionar al otro día y se de cuenta lo que hicimos», decía Mireya, «no se, otra no se me ocurre», le dije. «Bueno probemos con lo que tú dices», y quedamos de acuerdo cuando mi hijastro y mi consuegro iban a hacer un retiro espiritual, con el pastor y el resto de los hombres de la iglesia. Cuando ellos se fueron, Mireya fue a buscar a su madre, llegué del trabajo y estaban las dos, igualitas madre e hija, Vilma que es el nombre de mi consuegra, estaba con su falda negra mas abajo de la rodilla, una camisa blanca olvada y unas chatitas. Mireya estaba vestida como su madre, yo casi me río a carcajadas, pero por respeto no lo hice. Vilma no quería beber alcohol, decía que eso no lo permitía la iglesia. ...