1. La primera vez que fui sodomizado


    Fecha: 31/03/2019, Categorías: Bisexuales Autor: febarsal, Fuente: RelatosEróticos

    ... más entrañable; pues si antes de amarme fue un caballero, después de amarme fue un señor. Por eso mi confusión se creaba en torno a esas sensaciones que tanto me seducían, y me preguntaba: ¿Seré maricón?
    
    Me tenía abrazada (permitan que hable en femenino, ya que en estos momentos me siento muy mujer) y acariciaba mis cabellos con sus ojos cerrados, me sacó de mis ensimismamiento
    
    -¿Has gozado, mi amor? Me dijo con una expresión en sus ojos que reflejaban sinceridad.
    
    -Le devolví la mirada, ya que me encontraba ligeramente mirando hacia la nada, absorta en mi misma, intentado centrar en ella mi más sincero agradecimiento.
    
    -Mucho, mucho, cariño. Has realizado el milagro que esperaba con temor y esperanzas: sentirme mujer, y a tu lado me siento la más feliz del mundo.
    
    -¿Te duele?
    
    Esa pregunta me dejó un poco perpleja. No, no había sentido ninguna sensación de malestar en mi zona anal, quizás mis elucubraciones habían actuado de anestesia, pero ahora que me lo decía, de repente sentí en mi ano no dolor, si no una especie de vacío similar a cuando se va estreñido, pero que me satisfacía en extremo, ya que me creía una doncella desvirgada. Esa sensación me lo demostraba, y mi mente lo asumía como tal. Mi "coñito" estaba un poco irritado por su desvirgamiento, pero dispuesto otra vez a recibir los 22 centímetros de mi amado Raúl.
    
    -No cariño. No siento ningún dolor. Le mentí deliberadamente, ya que comprendía el objetivo de esa pregunta al rozar mi rodilla con su ...
    ... polla totalmente erecta, cosa que me demostraba a mi misma que Raúl me deseaba, y mis instintos de mujer se potenciaron al máximo; ser deseada por un macho, es otra de las sensaciones más hermosas que una mujer pueda experimentar.
    
    -Me encantaría otra vez sentir tus entrañas. Me dijo con aquellos ojos tan espontáneos y nobles.
    
    -Y yo sentir otra vez toda tu hombría dentro de mi.
    
    Y ni corta ni perezosa me dispuse a "comerme" su polla. La primera polla que me iba a comer en mi vida. (Juro que en este momento estoy muy húmeda)
    
    Me arrodillé ante sus miembros, y él me ofreció una sonrisa complaciente.
    
    Por mi mente pasaron cientos de imágenes de felaciones vistas en las películas porno, y me dispuse a hacerle una mamada inolvidable.
    
    Eche de menos, ese olorcillo natural de la polla, olor que no desagrada como tampoco desagrada el olor del coño cuando huele a coño. Ese aroma que enerva el sentido del olfato y que te lanza a la vorágine. Raúl, inmediatamente después de sacarla de mi recto fue a lavarse, de ahí que la tuviera limpia como una patena.
    
    Tomé sus testículos con mis manos y los acariciaba muy lentamente, mientras mi boca mamaba de su polla en movimientos ascendentes y descendientes cadenciosos, insistiendo en la zona donde al hombre le da más placer: en el frenillo. Igual que las mujeres por ley natural saben "comerse" un coño mejor que un hombre, por esa misma lógica, un hombre sabe donde debe abundar con su boca en la polla.
    
    -¡Ufffffff! ¡Que bien me la ...