Mi vecino y amante de cabecera
Fecha: 08/04/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos
... quienes no dejaban de voltear para vernos gozar, creo que hasta uno de ellos se empezó a masturbar, no supe bien pero me dio la impresión, yo en lo mío, con las piernas bien abiertas y la tenga a media pierna. En determinado momento Álvaro se sacó el falo y me quiso penetrar allí mismo. No se lo permití y dejé de besarme con él. Ahora me arrepiento, hubiera sido un morbazo ponerme a coger enfrente de cinco personas, incluyendo mi mejor amiga. Pero estábamos tan calientes que Álvaro le pidió a quien manejaba que nos dejaran en unos edificios cercanos a mi casa donde era fácil encontrar un lugar oscuro y solitario donde me cogiera. En fin que nos bajamos del auto y me condujo al interior de uno de los edificios. Me guio hacia el último piso de uno de ellos, me sentó en la escalera, me subió la mini hasta la cintura, me abrió las piernas y me empezó a comer la concha de manera maravillosa a las tres de la mañana. Qué delicia de mamada dios mío, mientras me succionaba el clit me metía y sacaba dos dedos a gran velocidad.
El sonido acuoso de coño hecho agua retumbaba por el eco por todo el edificio y a mi me costaba cada vez más trabajo guardar silencio. Él también lo notó y se detuvo, pero sólo para ponerme de pie de espaldas a él apoyada en el barandal viendo hacia abajo y allí y así me la dejó ir hasta el fondo de una estocada sublime que me arrancó gemidos de placer. De haber alguien asomándose en ese instante hubiera visto a una chiquilla con la mini a la cintura y una ...
... teta por fuera de la camiseta, siendo empotrada desde atrás por un chico de diecinueve o veinte con miembro de hombre. De repente, escuchamos la puerta del edificio abrirse y voces de un reducido grupo de amigos y amigas que seguramente regresaban de una fiesta con la intensión de seguirla en casa de alguno o alguna de ellas y empezaron a subir por las escaleras. Estando yo recargada sobre la baranda mientras Álvaro me culeaba desde detrás los vi subiendo las escaleras contando chistes y riéndose. Por algún motivo la excitación me fue subiendo. La posibilidad de que siguieran subiendo hasta el último piso y nos vieran a Álvaro y a mi en esa faena estaba empezando a ser deliciosamente morbosa y ni Álvaro ni yo no solo no cesamos de copularnos sino que empezamos incluso a movernos de manera más provocadora, con penetraciones lentas pero intensas y hasta el fondo. Segundo piso y siguen subiendo. Incluso puedo ver las caras de algunos y algunas de ellas. Volteo a ver a Álvaro y su cara está descompuesta de placer, la mía debe estar igual. Nos miramos a los ojos y con la mirada nos decimos que no importa que nos vean, ambos estamos súper prendidos en lo nuestro. Tercer piso y se detienen y se escucha el sonido de unas llaves sobre el picaporte. Uff, un piso más y nos hubieran encontrado copulando semidesnudos. - Hubiera sido fantástico - me digo a mi misma, y empiezo a venirme en uno de los mejores orgasmos de mi vida. Empiezo a sentir los espasmos del miembro de Álvaro dentro de mi ...