1. EL INTERNADO (29) Me Encanta tu Culito


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Gays Autor: ZLASKO, Fuente: SexoSinTabues

    EL INTERNADO (29) Me Encanta tu Culito ¡Qué boca del mamón! . ¡Qué chupadas me daba joder! . Mi polla era un río de pre-cum, que Carmona succionaba posando sus labios en la rajita de mi capullo, y absorbía con fuerza dentro de su boca. Que delicia verle la cara de machote jalándose mi pollón entero, lamiendo cada palmo de piel mientras clavaba sus ojos en los míos, y diciéndome con ellos sin palabras. "Me encanta tu polla chaval". El colega no dejaba en ningún momento el culo de Luis, se lo follaba manualmente alternando dos, tres y cuatro dedos dentro del ano, sacándole por la boca gemidos, suspiros, y muchos gritos de dolor y de placer. Se notaba que el culazo de mi hermano, era lo que más le gustaba y ponía super caliente al tío. El impetu y la energía que ejercía apoderándose de él, los lametones bestiales que le daba con egoísmo, y la destreza con la que violaba su orificio anal, . eran de un verdadero profesional. Liberé mi polla de su boca y me coloqué en el suelo de rodillas, con la cabeza entre sus piernas y listo para albergar ese manubrio grande, gordo, duro, y brillante que me ponía a mil por hora. Le separé los muslos con mis manos todo lo que pude, y acerqué mi nariz a su pubis inhalando su olor a sudor, . ese olor a polla de macho que me vuelve loco. Olfateé como una perra en celo cada palmo, cada rincón, de arriba abajo todo el tronco deteniéndome especialmente en sus huevazos gordos y peludos. Me los metí en la boca, primero uno, después el otro, luego los ...
    ... dos íntegramente, saboreando con deleite esas bolas que tenían vida propia dentro de mi boca, y que cada vez las notaba más, y más gordas. Carmona seguía lamiendo el ano de Luis sin descanso, parecía que le iba a quitar el color de la piel a lametazos, y ya casi no se distinguía el boquete por la abundante saliva. Cuando me envergué su pollón en mi boca, y me dejó ese sabor pegado al paladar. ¡Uffff!. Fue como estar en el paraíso, y ya no existía nada más que aquel tío macho. Con cada chupada que le daba sentía como se le llenaba la polla de sangre, y le palpitaba dentro de mi boca, como si tuviera el corazón entre las piernas. La mamada la dirigía él, agarrándome la cabeza con su manaza, tirándome del cabello presionando su polla con energía, y pegándome sacudidas con mucha furia. Me encantaba la actitud del colega, su conducta de tío rudo, aunque me estuviera destrozando el hocico a pollazos sin compasión, y el grosor de su verga me rompiera la comisura de la boca. Era un vaivén de subidas y bajadas violentas, le ensalivaba la polla a lengüetazo limpio, introduciéndole la punta de la lengua en la rajita del glande, atrapando las gotas cremosas que se le escapaba del gusto, al mismo tiempo que el cabrón me la sacaba de la boca y me abofeteaba la cara con ella. Mientras tanto Luis se puso de pie en el sillón, con las piernas pegadas a los costados de Carmona, y la polla a la altura de su cara. Se la restregaba por todo el rostro, se la metía y se la sacaba de la boca una y otra ...
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