La Fábrica 4 - Relatos Eróticos

La Fábrica 4

... dispuesto a dejarme convencer. Me dio un beso en la mejilla y me dijo voy a dormir, estoy muerta cuñado; en eso llama a su novio delante mío y le dice que por unos días no iba a estar disponible porque surgió un problema en lo de sus padres y debía irse urgente, que lo llamaría cuando regresara, todo mirándome mientras dejaba que su bata-pijama fuera cayendo al suelo y quedaba a mi vista ese par de tetas voluminosas con pezones grandes y rosados y un tanga blanco con transparencias por donde podía ver parte de su concha y ningún pelito rondando. Se me acercó, dejó su teléfono sobre una mesa y me abrazó dispuesta a besarme y yo no la iba a contradecir, así nos fundimos entre besos y abrazos, le lamía los pechos y ella emprendió un recorrido con su lengua bajando hasta lamer mi ropa interior y dejar todo muy mojado. Me bajé el bóxer y ella siguió en lo suyo. Me lamió los huevos y se metió toda la pija en la boca, la sacaba y me miraba para meterla de nuevo hasta que se para y me dice:

- seguro que te vas a ir?

- creo que lo pensaré un poco

- te ayudo a pensarlo?

- dale

- vamos a mi cuarto, el de mi hermana lo tenés muy conocido.

Una vez frente a la cama se puso en 4 patas y me dijo que hiciera lo que quisiera con ella, a ver si me servía para tomar una buena decisión. No lo dudé, me arrodillé por atrás y pasé mi lengua por la concha lo más adentro que pude mientras con mi mano derecha le acariciaba el clítoris y con la izquierda manoseaba sus nalgas. ...

... Eso le gustaba y pedía que siguiera, la doy vuelta, la recuesto sobre la cama y me sumerjo a lamerle los labios vaginales y friccionar ese botoncito del placer hasta sentir como se mojaba, mis manos se repartían entre las tetas y el agujerito del culo. Ella se entregaba y gozaba. Se movía, respiraba agitada y me pedía que siguiera, que sentía que se acababa y seguí, vaya si seguí. De pronto un olor fuerte salió de su raja y ella estaba a mil. Me agarró la cabeza y presionaba contra ella. Yo abrí bien la boca y con la lengua cual si fuera una pala iba juntando el jugo que desprendía. Ahí me paré, apunté la verga a ese agujero húmedo y se la metí despacito, tan lento que se desesperaba, quería que se la enterrara, pero yo me detenía y se la sacaba. Parecía que iba a enloquecer y seguí con mi juego malvado hasta que de una se la mandé al fondo y le faltó aullar a la perra, estaba feliz, me ofrecía las tetas para que se las estrujara, los labios para que los besara, era un volcán y estaba haciendo erupción. Nos pusimos de costado y desde atrás la continué penetrando, su concha era una laguna, no estaba muy acostumbrada a que otro que no fuera ella manejara la situación. Se la saqué, la volví a poner en 4, con sus jugos le masajeé el ano y le metí todo lo mío en ese culito hermosos y así estuvimos hasta que le dejé toda la leche adentro. Le di un pico y le dije que me iba a acostar, y que según como me despertara al día siguiente vería si me iba o volvía de noche a seguir ...