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Mi vecinito, Jared
Fecha: 18/04/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... hasta la última gota, Jared agarraba aire, y yo noté algo que me impresionó. Mi verga todavía estaba erecta y llena de energía, no podía desaprovechar esa oportunidad y trate de convencer a Jared para una última apuesta, lo volví a sentar en mis piernas: -¿Quieres otra apuesta? -No, ya me cansé. Eso lo dijo mientras se limpiaba las lágrimas. -Porfa! Una y ya, andale. -Pero esque no te gano. -Andale, si me ganas te doy el reloj y algo más . El asintió con la cabeza, al escuchar el trato, pero se sorprendió más al escuchar lo que pasaría si perdía: -Si yo gano, me dejas cojerte! -No, porfavor, cojerme no. -Si, es lo que quiero! Le apreté una nalguita y comenzamos a jugar. Le quite las tres vidas de inmediato, pues no quería perder tiempo, y me urgía Desgarrar ese culo. Sin más demora, me dispuse a desnudarlo completamente, y yo lo hice igual. Su cuerpo era un deleite para la vista, tenia su cinturita muy curvada, y unos pezonsitos chiquitos pero ya muy paraditos, saboree todo su cuerpo, lo volví a besar mientras acariciaba sus dos pezonsitos, el solo gemía muy despacio y accedía a todo sin replicar! Bajaba mi lengua hasta sus pezones y mis manos hacia su cintura. era mío por fin! -Eso se siente muy raro, Guillermooooo! Me encendió el tono de su voz, entre gemidos. Y note los duros que estaban sus pezones y su piel erizada. Me detuve y le indique que se pusiera boca bajo y levantase su cadera. Posé mi lengua en la entrada de su culito y empecé a lamerlo suavemente, Jared sólo ...
... gemía y se retorcía de placer, pero no me decía que parará, le estaba empezando a gustar al putito. -Guillermooo. se siente muy raro. -¿Pero si te gusta? -Si, mucho, no quiero que pares. No iba a dejar de hacerlo, pues el sabor de su culito no era desagradable, lo tenía muy limpio, y lo mejor era que lo tenía completamente cerrado, lo cual era algo que debía corregir en ese instante. Cuando sentí que su ano comenzó a relajarse, intente meter un dedo. Cuando empezó a entrar la punta, Jared cerró por instinto, y me apretó el dedo. Me dijo: -¡¿Que haces?! ¡Me duele! -Tengo que meterte dos dedos para poder meterte mi verga, mi amor. -¡No, mejor no, perdoname porfavor, me va a doler mucho! Ignoré su suplica y me dispuse a seguir forzando la entrada con mi dedo, pero era muy difícil, y los gritos de Jared no ayudaban más que a calentar más mis hormonas. -Ay! Ay! Duele mucho, Guillermo! Porfavor no seas tan rudo!! -Espera! Ya entró el primer dedo, lo dejaré un rato para que te acostumbres. -¿Ya entró todo? -Si, todote. Después de unos momentos, los gritos de dolor, se convirtieron en gemidos de placer, y su cuerpo se había adaptado perfectamente, pero no era más que el principio de su dolor. Inmediatamente después de ver tan excitante reacción de placer en el rostro de Jared, procedí a insertar un segundo dedo, el dedo de en medio comenzó a abrirse paso, y no fue sino hasta la mitad de éste que Jared sintio, y volvieron sus quejidos. No fue por mucho tiempo lo que tardó en aguantar ...