Amigo del gimnasio y mucho más
Fecha: 22/08/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Mago21, Fuente: CuentoRelatos
Pasaron dos semanas desde mi encuentro sexual con Alvaro en las duchas del gimnasio. Unos días después se fue de vacaciones y no hemos vuelto a vernos. Nuestras conversaciones por teléfono son muy excitantes, tanto que siempre acabo con una erección, pero me obligo a no masturbarme y reservar mis energías para el día que vuelva a verle y a sentirle.
Hoy era un día como otro cualquiera, me levanto de la cama con mi habitual tienda de campaña, me doy una ducha relajante, mientras enjabono mi cuerpo imaginando que es Alvaro el que me lo recorre con sus manos; lo que no ayuda a que se me baje la hinchazón. Desayuno tranquilamente y me voy a la Universidad.
Por la tarde me dirigí al gimnasio para hacer un poco de deporte. Estaba más vacío de lo normal a causa de que la gente ya se iba de viaje. Hice un poco de pesas y cinta, y luego me fui a clase. En la puerta había una nota que decía que la clase se había suspendido hasta mañana. Decepcionado me iba a ir a las duchas para cambiarme cuando la puerta se abre, me giro sorprendido y, apoyado en la puerta, esta Alvaro, sonriéndome. Sin que me dé tiempo a reaccionar me coge de la muñeca y tira de mi dentro de la clase.
Esta oscuro y no puedo ver nada cuando la puerta se cierra. Oigo como cierra con llave y después silencio. Me pongo en pie y, con las manos empiezo a buscarlo. Con cada paso que daba me iba excitando más y más. Finalmente di con él:
—Por fin me has encontrado. - me dijo al oído suavemente mientras me ...
... abrazaba con sus musculosos brazos- Espero no haberte hecho daño.
—Me la debías, así fue como me diste el primer beso; ahora me toca a mí.
Busque su cara con mi mano, le agarre con firmeza y le di un beso con todas mis ganas. Notaba como él también ponía fuerza en nuestro beso. Por fin lo tenía a mi lado y no le dejaría marchar. Nuestro beso se fue calentando y yo con él. Me di cuente de como mi polla empezaba a crecer deseosa de volver a juntarse con Alvaro y, la suya también crecía, presionándose contra mi muslo. Nuestras lenguas seguían entrelazándose mientras me dirigía hasta la pared. Al cabo de un rato se separó un poco de mí:
—Estaba deseando volver contigo. -me dijo al oído mientras me la recorría con su lengua.
—Yo también. No he parado de pensar en ti. Y con mucho esfuerzo, te he estado esperando. Me gustaría verte.
Sin decir nada más, las luces empezaron a parpadear y se encendieron. Tuve que cerrar los ojos por el repentino golpe de luz. Cuando se me fue aclarando la vista pude observarlo mejor. Estaba a unos pocos pasos de mí, con el torso al desnudo, marcando esos precisos abdominales que una vez recorrí, un pantalón corto ajustado que resaltaba su miembro, que me volvía loco. En mitad de la clase, había colocado unas cuantas colchonetas:
—¿Has preparado todo esto?
—Si -me dijo sonriendo, cada vez que sonreía me derretía- cuando vi que hoy no habría clase fui a secretaria, le pedí las llaves al conserje, que es amigo mío, y lo prepare para ...