¿Quién es?
Fecha: 05/05/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
... intimidades con una toallita, estaba completamente pringosa, y ponerme lo primero que pillé tratando de disimular. Me sentía acelerada además de excitada, no perdí el tiempo en rebuscar en mi armario, así que me puse el camisón negro de satén que tenía colgado detrás de la puerta, aquel que dejé olvidar allí tras nuestra última noche de verdadera pasión muchos meses atrás. Ahora que había cogido unos kilitos me venía algo pequeño y apenas me cubría, lo cual le daba incluso un aire más sexy. Además, tras haber sido mamá mis pechos eran mayores y parte de mis tetas se exhibían por los laterales de ambos triangulitos semitransparentes. Aquel camisón sólo me lo ponía cuando de verdad quería provocarlo, y aunque esta no fuera la ocasión ni el momento, como tenía cierto temor a que descubriera mi sexo empapado. Nada más regresar del baño y verme, mi marido dijo:
.- “Caray nena, estas espectacular. Hacía tiempo que no te lo ponías. ¿Recuerdas en las vacaciones en Roma?” y mientras decía esto se acercó a mí con una incipiente erección marcada en el pantalón de su pijama. El pobre debió de pensar que tenía ganas de él. Una buena esposa sabe reconocer la mirada de deseo en su marido.
.-“Te gusta?” le pregunté jugando con el tirante del camisón intentando huir de mi ciber-desliz hacia delante.
.-“Sabes de sobra que sí, pero… me gustas más sin él” dijo acercándose hasta mí y besándome en la boca. Sus manos comenzaron a acariciarme por todo el cuerpo. Yo seguía ardiendo por ...
... mi encuentro con Rober, así que deslicé los tirantes de mi camisón por los hombros y dejando deslizarse hacia el suelo me mostré completamente desnuda frente a mi marido.
.-“Anda ven” dije haciéndole señas, a la vez que me arrodillaba justo delante la cama, dejándome caer sobre las sábanas en una postura de completa sumisión que a él le hechizaba. Intente no hacerlo, pero todavía sentía a Rober cerca de mí y en cuanto cerré los ojos comencé a pensar en él. Fantaseé sobre cómo sería tenerle dentro, seguro que debía ser muy apasionado. Tan me excitaba pensar en él que incluso tuve dos orgasmos casi seguidos antes de que mi marido se vaciase, hacía tiempo que no me pasaba. Aún así, no me sentía del todo satisfecha, de haber continuado un rato más seguro que hubiera encadenado un orgasmo tras otro. Lo cierto es que esa vez gocé mucho, y mi marido también lo notó aunque desconociese el verdadero motivo.
A la mañana siguiente no podía mirarme en el espejo mezcla de un estado entre agitación y vergüenza. No dejaba de darle vueltas a la cabeza sin llegar a comprender cómo había llegado hasta ese extremo. Yo siempre había sido, y deseaba seguir siendo, una buena esposa, aquello no había estado bien. Mi marido no se lo merecía. Una cosa era mantener conversaciones más o menos calientes con ese desconocido que se hacía pasar por Rober, y otra muy distinta haber tenido un orgasmo pensando en él mientras mi marido me hacía el amor. Estaba confundida.
Pero aquello se volvió ...