perdí la virginidad con mi mejor amigo negro - Relatos Eróticos

perdí la virginidad con mi mejor amigo negro

Yo tenía 17, alto, moreno, era delgado pero no demasiado y estaba viviendo esa época en la que no sabía si me gustaban los hombres o no. La verdad es que en esa época tenía novia pero hacíamos poca cosa. Era una noche de verano y acababa de estar con ella. Se había ido y yo ya me iba para casa. Por el camino me encontré con mucha gente, pero no tenía más ganas de salir ese día y quería llegar ya a casa. Pero me encontré un grupo de amigos y me paré a hablar un rato con ellos. La verdad es que estaban pasándolo muy bien, como decirlo... estaban fumados, jajaja. A mi no me gustaba mucho eso, pero ya lo había probado antes e insistieron en que fumara esta vez, a si que no dudé mucho. Pasó el tiempo y empezaron a irse casi todos, y yo al no tener prisa, me quedé. Éramos tres, pero uno se tuvo que ir, ya que eran las 2 de la madrugada. A si que quedábamos solo dos. Él era Kevin, mi mejor amigo. Tenía un año menos que yo. Era más bajito que yo y, sí, era negro. La verdad es que los negros no me llamaban tanto la atención como a las demás personas que tenían como sueño tirarse a un negro, pero él si que me llamaba mucho la atención. Tenía un físico increíble. Su mirada era agradable, tenía unos labios grandes, los típicos de un negro. La verdad es que me encantaban, daban ganas de probarlos. Estaba algo fuerte. En clase las chicas a veces le pedían que marcara su músculo del brazo y tenía una gran bola. Sus pectorales tenían muy buena pinta y unos abdominales marcados, aunque él ...

... decía que se estaba poniendo algo gordo. Espero que lo dijera en broma. Lo había visto pocas veces sin camiseta pero ya me conocía bastante bien su cuerpo. Sus piernas me gustaban, algo que me ha llamado siempre la atención en un hombre son los muslos. Sin duda, lo mejor de su cuerpo era lo que estáis pensando. Ya sabéis lo que dicen de los negros, y tienen toda la razón. Aún sin haberle visto nada, ya sabía que iba a tener una gran polla. A veces, cuando quedábamos todos juntos, él llevaba unos pantalones cortos de fútbol y la verdad, yo no se si llevaría ropa interior o no, pero cuando se los ponía se le marcaba un grandísimo paquete. Pero lo mejor no era eso, y ¿qué hay mejor que un pollón negro? Pues el culo. Tenía un culo que... me es hasta difícil describirlo. Sin duda, era el mejor culo que había visto nunca. Con cualquier pantalón se le marcaba el culazo que tenía. Todas las chicas siempre se lo miraban y hablaban de él. Creo que se me ha hecho algo larga la descripción de mi amigo, pero merecía la pena que supierais cómo es. Tenía una gran relación con él, era súper simpático y siempre nos divertíamos juntos y hablábamos mucho. Nos habíamos quedado antes solos, pero no a esas horas y fumados. Teníamos algo de frío (ya que estábamos en un parque) y me dijo de subir a su casa a por una sudadera. Yo le dije que subiéramos porque también estaba muerto de frío. Subimos por el ascensor mirándonos las caras en el espejo y riéndonos de todo lo que pasaba. Al llegar a su piso, ...