1. Mi nuera


    Fecha: 10/05/2019, Categorías: Hardcore, Tabú Sexo con Maduras Autor: tanxir2, Fuente: xHamster

    ... con sus pezones apuntándome, imaginé mi pene entre sus tetas y me corrí allí de pie en la ducha de mi aseo.Al tercer día de estar conmigo, al llegar a casa me encontré a María sola, Toni había salido pues un cliente importante quería montar una tienda nueva en nuestra ciudad y no pudo negarse.María estaba en el salón viendo la tele, con sus minúsculas braguitas y una camisa de mi hijo, desabrochada enseñando descaradamente el canalillo y parte de sus pechos. Por pura cortesía le pregunté que le apetecía hacer –Me apetece ir a la playa de las rocas a esa que no va nadie, me dijo Toni que es muy chula y que tiene las aguas calentitas y me apetece mucho bañarme.La playa en cuestión es una pequeña cala retirada y con muy mal acceso, por la semana solía ir nadie y el fin de semana estaba llena de nudistas que accedían por mar, solo llevamos las toallas.Como suponía éramos los únicos en la playa, toda para nosotros solos. María se quitó la camiseta y quedó con los pechos al aire, y comenzó a darse crema protectora por las piernas, la cara, la barriguita, al darse crema en los senos lo hizo con especial cuidado y suavidad deleitándose, disfrutando del momento llegando incluso a lanzar un suspiro. -¡Ay! que sino se da una unos mimitos no hay quien te los de.Yo ya estaba excitado y mi bulto bajo la bermuda era notorio. María simplemente sonreía-Me das un poquito de cremita en la espalda que yo no llego.Yo no tenía ganas de follarme a la novia de mi hijo. Así que le extendí la crema ...
    ... bruscamente por la espalda, con todo no puede evitar acariciar sus nalgas.Suegrito, parece que esté usted amasando, que brusco, venga dese cremita también no se me vaya a quemar, luego le doy yo en la espalda.Me quedé sentado de espaldas a ella y le dije:- ¿Me puedes dar crema en la espalda?-Pero túmbate que tenemos confianza, parece que me tengas miedo,Hice caso y me tumbé de boca abajo, me echo crema en la espalda y se sentó a horcajadas sobre mis nalgas, se puso a extender la crema con sus manos con mucha suavidad, acariciando cada trozo de mi espalda, suave y dulcemente, mi polla estaba durísima . Se me escaparon unos gemidos de placer.Me susurró al oído:- Ahora viene lo mejor, se inclino sobre mi espalda y se puso a masajearme con sus pechos, yo notaba en mi espalda sus pezones duros descendiendo con sus senos hasta llegar a mis nalgas ahora al aire por haberme bajado ella la bermuda, volvió a ascender con la caricia de sus senos, sentándose de nuevo sobre mis desnudas nalgas, ahora noté la humedad de su vagina en ellas.Me dijo dulcemente: -Necesito que te gires. Obedecí al instante y mi pene quedó aprisionado entre los labios de su coño, notaba su humedad en él, movía sus caderas sobre mí, y en ese movimiento la punta de mi pene frotaba su clítoris, ejercía una gran presión sobre él. Yo aproveché para acariciar aquellos hermosos senos, tenerlos entre los dedos de mis manos, acariciarlos, juntarlos, separarlos, apretarlos, mientras ella seguía frotando su clítoris contra ...