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Terminé siendo cogido por un hetero
Fecha: 13/05/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... dice que va a tardar. —¿Entonces tu no podrás? —Bueno, lo consulté también y me dijo que sí —¿Eres profesional también? —Sí, fui a la misma escuela que él, es mi primo (mentí jajaja) —Bueno. Ya había venido antes y lo primero era pasar al cliente a un cuarto donde se desvista, yo mientras buscaba el lubricante, me ponía un uniforme horrible blanco y le daba una pequeña toalla que cubría sus partes íntimas. Luego lo pasé a un cuarto arriba donde había una cama plegable de masajes, le dije que se acostara y lo hizo. Se le marcaba el bulto. Prendí velas aromáticas y puse música relajante. Estaba muy nervioso pero a la vez decidido, hoy al menos se la mamaba al hetero. Me puse lubricante en las manos y luego en su espalda puse otro poco. Comencé a frotar mis manos contra él de manera suave pero firme. Mientras hacía esto, Rubén no decía nada, tenía miedo que se diera cuenta de que no era profesional pero tampoco se quejaba. Seguí así hasta abarcar todo su cuerpo, era sencillo, solo era mover mis manos en círculos y presionar. —¿Qué tal?—. me atreví a decir mientras masajeaba su culo. —Genaro lo hace más despacio, pero también está rico—mencionó con voz ronca. Me emocioné y seguí. Ya era hora de que le viera la verga, al menos. Le dije que se volteara y lo hizo, le quité la toalla y finalmente se la vi, era blanquita y a mi parecer, estaba un poco erecta, entonces le puse más lubricante y bajé por sus piernas, haciendo más presión. Bajé y subí las manos rápido sobre su pene y ...
... vi como su erección creía y alcanzaba su punto máximo. —Qué pena, esto no pasa con Genaro. -mencionó queriéndose levantar. —No te preocupes, son los nervios. Relájate, sigues un poco estresado Se volvió a acostar y su erección amenazaba con bajarse, entonces unté lubricante en su pecho y comencé a masajear dando suaves rozaduras en sus pezones, al parecer le gustaba, pues ya estaba rojo de la cara y su pene volvió a erectarse. Decidí tomar la iniciativa y ver si funcionaba. Agarré su pene. —Bueno, ya que está así, ¿por qué no te ayudo a bajarlo y así te relajas más? Él no dijo nada, pero sabía que era un "sí". Comencé a masturbarlo lenta pero firmemente, él sólo gemía y me veía, excitado. Una vez ya duro, se la empecé a mamar, lo hacia esta vez más rápido y veía como su respiración se agitaba, sabía que se iba a venir entonces paré. —¿Por qué para?—. me dice con voz jadeante. —No, no, no. Esto no acaba aquí. Me acerqué a su oreja y le susurre "quieres metermela", a lo que él sin pensarlo me dijo que sí. Me desnudé rapidamente y él me tocaba, estaba caliente. Me subí a la pequeña cama y lo masturbe de nuevo. Agarré un poco de lubricante y le puse a la entrada de mi ano. Tomé su pene y lo metí lentamente mientras veía su cara de excitación. Comencé con sentones suaves pero profundos y él sólo gemía duro. Me excitaba cabrón. Así seguí por un rato, nuestros cuerpos sudaban por las velas y la excitación se sentía en el aire, los dos nos ibamos a venir. Antes de esto, me atreví a ...