1. Tenía que confesarme


    Fecha: 24/08/2017, Categorías: Microrelatos, Autor: sandra garcia, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Sandra, tengo 32, estoy casada hace 10 años, nunca le he sido infiel a mi marido, la verdad es que el por una enfermedad del corazón, solo me toca una vez al mes y eso a mí insistencia, el había salido de viaje hace una semana.
    
    Ese sábado era cumpleaños de rosa, una buena amiga de la oficina de personal donde trabajamos, somos como 15 personas, les cuento que mi jefe que debe tener como 45 años, siempre me molesta, en parte debe ser, porque a pesar del uniforme que usamos y de que soy chata, tengo un buen cuerpo, no soy coqueta para caminar, pero hay que escuchar las cochinadas que me dicen en la calle.
    
    No me gusta ir sola a las fiestas de compañeros del trabajo, pues a pesar de que casi todos son casados y con hijos, los bandidos no pierden oportunidad para mandarse, yo la verdad me rio y no les hago caso, esta vez acepte pues era un almuerzo, y rosa les había dicho a todos que vayan con sus esposas o esposos, ya se lo que Uds. Se están imaginando, pero la verdad es era increíble lo que me iba a pasar. Todo empezó bien con pisco sours, yo tranquila pues si todos estaban bien cuidados por sus esposas, me tome un tres copas y estaba un poco mareada, vino el almuerzo, ya terminábamos, cuando llego nuestro jefe que se disculpó por la tardanza, y dijo que se disculpaba con dos botellas de litro de ron bacardi black, con coca cola y bastante hielo todos comenzamos a tomar y bailar, no les dije pero mi jefe vino solo, así que ni modo era mi pareja para todos los ...
    ... bailes, yo sentía que a medida que pasaban las horas, y los tragos iban y venían él era cada vez más descarado para apretarme más a él, sobre todo cuando bailábamos un merengue o salsa, yo la verdad es que estaba ya un poco mareada, pero cuando se pegaba mucho, me reía y me soltaba dándome una vueltita, lo que hacía levantar mi vestidito floreado que era bien holgado y mover mi cabello lacio negro, el me miraba con ganas diciéndome - Sandrita que ricas piernas tienes- para mi mala suerte, rosa que lo controlaba un poco se había quedado dormida.
    
    Ya eran como las 9 de la noche y varias parejas ya se habían ido y las que quedaban estaban tan mareadas que no se daban cuenta de nada, mi jefe me decía cosas al oído y yo me reía, la verdad es que con las horas y el licor el juego me era divertido, sobre todo saber las cosas que me decía - vámonos en mi carro a otro sitio,- siempre me has gustado, si me aceptas dejo a la bruja de mi esposa- la verdad es que mi cuerpo se estaba calentando, y ya sentía que mi cuerpo se estaba excitando, así que antes de ser débil trate de poner fin al asunto, - vamos jefe ya no siga hablando o me molesto y me voy- con esta advertencia él se tranquilizó un poco, pero pasados unos minutos, me miro serio, y me dijo, - sabes Sandrita hay un problema en la oficina, pero prefiero hablarlo en privado - sin esperar mi respuesta me llevo de la mano, a una salita que estaba a la entrada de la sala, yo la verdad en mi interior sabía lo que el quería pero no puse ...
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