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Ducha con Marcos
Fecha: 17/05/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Me llamo Gabriel y tengo 20 años. Vivo en un barrio tranquilo de Barcelona con mis padres. En mi vida siempre he estado con chicas, de hecho tengo una vida sexual bastante plena. Pero lo que yo no sabía es que esto cambiaria muy pronto. Todo comenzó un día en el que mi primo Oscar me pidió que me encargase de cerrar el gimnasio que él había montado hace un par de años. Era el mismo gimnasio al que yo iba, ya que me salía gratis por eso de que era de mi primo. A cambio yo le hacía favores como este de encargarme de cerrar cuando él tenía otras cosas importantes que hacer. Me pasaba muchas horas en este gimnasio machacándome, lo que me había dado un cuerpo bastante definido y musculado. Además soy un muchacho bastante atractivo, aunque está mal que yo lo diga. Mido 1,74, tengo los ojos marrones del color de la miel y pelo rubio y 17 cm de rabazo. Supongo que por todo esto tenia tanto éxito con las chicas. Aquella tarde me di una ducha antes de irme para el gimnasio, me prepare y me fui a cambiarle el turno a Oscar. Cuando llegue aproveche para entrenar antes de que viniese mucha gente y cuando acabe me senté en la silla de recepción para empezar a recibir a los clientes mientras se iba Oscar. La tarde era tranquila y aburrida. Estaban los clientes habituales que solía haber siempre y que me fueron saludando conforme iban llegando. -Hola Gabi ¿Qué tal el día? Me saludaban unos. -¿Hoy te vuelve hacerte cargo a ti verdad? Me preguntaban otros. Pero de pronto escuche una voz que ...
... no había escuchado antes. -Perdona, venía a apuntarme. Me dijo una voz de lo más masculina. Alce la vista y lo vi. Era un tío de unos 28 años más o menos. Medía un metro ochenta. Tenía el pelo castaño y corto, con un degradado a los lados y atrás y una barba recortada y bien arreglada del mismo color. Pero lo que más me atrapo fueron esos ojos azules que me miraban con atención. -Bien. Debes de rellenarme este formulario. Me costó responderle tras un largo minuto sin hablar. -Vale. ¿me prestas un bolí? -Claro, aquí tienes. No podía parar de mirarlo mientras rellenaba la hoja, había algo que me fascinaba de él. -Aquí tienes. Me dijo cuando termino. -Perfecto ahora tengo que sacarte una foto para la ficha. Le dije nervioso. Saque el móvil se la hice y pago la cuota. -Eso es todo ¿quieres que te enseñe el gimnasio? Le pregunte. -No gracias, ya me apaño yo. Me respondió y se dispuso a entrar. Cuando entro aproveche para mirar su ficha y saber cuál era su nombre. Se llamaba Marcos. No sabía que me estaba pasando, nunca había sentido esto antes. Lo cierto es que el resto de la tarde no podía parar de mirar a Marcos como entrenaba. Me fijaba en el tamaño de sus bíceps cuando subía y bajaba las mancuernas y en la curvatura que tomaba su espalda bajo esa camiseta. Lo cierto es que tuve una erección, algo que nunca me había pasado antes mirando a un chico. Me fui al baño un poco confundido para que se bajara la erección un poco, antes de que alguien lo notase. Me pase unos diez minutos ...