1. El manitas, su mujer y el cornudo consentido


    Fecha: 18/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... a Clara que me abriera la pila de la cocina por debajo.
    
    Yo estaba agachado mirando la cañería, y tenía a ella un poco abierta de piernas frente a mí. En ese momento me di cuenta de que un botón de su pantalón no estaba bien abrochado. Podía ver a través de él y me fijé en que no llevaba bragas.
    
    Llevaba el chocho sin depilar apenas. Un bulto empezó a crecer en mi pantalón.
    
    Ella seguía trasteando con el grifo, según le iba indicando, y yo seguía recreándome en su chocho, haciendo que arreglaba la cañería.
    
    Después de un rato, decidí terminar de arreglarlo todo, para que no sospecharan. Acabé de beberme el refresco y otro que me dieron y tras acabar de limpiarlo todo y pasar un poco la aspiradora, me pagaron 20 euros por 2 horas de trabajo. Me despedí de ellos, hasta que volvieran a necesitarme.
    
    Cuando llevaba un rato de camino con el coche, me di cuenta de que me había dejado una llave inglesa en la casa y decidí dar la vuelta. Al llegar, en lugar de tocar la puerta, me asomé a la ventana de la cocina, pero no vi a nadie. Mire por el salón, pero tampoco vi a nadie. Entonces escuché unos gemidos que venían del otro lado de la casa.
    
    La casa era bastante grande y aunque solo había visto la cocina y el salón, supuse que los gemidos venían de su habitación. Me asome a una ventana y bajo la persiana algo bajada, pude verlos haciéndolo.
    
    Él estaba encima de ella empujando. Su barriga botaba mientras se lo hacía. Ella estaba abierta de piernas y con ellas un poco ...
    ... levantadas. Levanté un poco la persiana y debí tirar algo al suelo, porque en ese momento dejaron de hacerlo.
    
    Corrí a la puerta y toqué el timbre, como si una cosa no tuviera que ver con la otra.
    
    Al rato Clara abrió la puerta. Se la notaba jadeante y arreglándose la blusa.
    
    -Lo siento, pero me dejé una llave inglesa. Le dije.
    
    -No pasa nada. Pasa y cógela.
    
    Su marido no salió.
    
    -¿Estaban ustedes...? ¿Les he interrumpido?
    
    Ella bajó la voz. -Estábamos haciendo el amor. Pero no pasa nada. Mi marido ya casi había terminado. Últimamente no dura mucho. ¿Sabes? a veces echo de menos cuando tenía 20 o 30 años y nos tirábamos horas haciéndolo. Tú debes saber lo que es eso. ¿Verdad?
    
    -Pues sí. Lo sé. Si necesita, ya sabe, algún trabajo extra, llámeme.
    
    Me despedí y me fui.
    
    A los dos días, Clara me llamó. Se la notaba cortada, su voz se entrecortaba. Quedamos para un par de horas después. Su marido trabajaba.
    
    Al llegar a casa, me confesó que hacía mucho que no tenía un orgasmo con su marido, solo masturbándose y quería sentir un orgasmo con un hombre. Estuvo pensándolo desde que me fui el domingo, y al principio se sintió mal, pero ahora se había decidido.
    
    -No sé, Ud. dirá por dónde empezamos.
    
    -Llámame de tu, Clara.
    
    -Está bien. Pero antes de nada, ¿podrías echarle un vistazo al grifo de nuevo? Parece que no funciona bien.
    
    Llegué a la cocina y revisé el grifo. Se atascaba un poco. Me tumbé otra vez en el suelo y le indiqué a Clara que lo abriera y ...