1. Mi perro Nerón desgarro mi ano


    Fecha: 21/05/2019, Categorías: Zoofilia Autor: DraJulia, Fuente: SexoSinTabues

    ... dolor era indescriptible pero aun así podía soportarlo. Los perros no tienen mucho autocontrol con respecto a sus orgasmos. Ellos los liberan cuando se sienten bien y no les importa nada. Mi ano estaba en llamas y el pero se movía a toda velocidad. Sentía como se reducía su fuerza y justo cuando lo iba a sacar de mi ano porque había comenzado a sentir su erección. El desgraciado comenzó a eyacular. Yo grite de nuevo -¡Nooo! Mientras hacia mi cabeza hacia atrás y mi perro recostaba su cabeza en mi espalda lleno de placer-. Su semen estaba inundando mi recto hasta llenarlo por completo y mi cabeza daba vueltas por la excitación y el dolor. Sentía el cuerpo de mi perro totalmente caliente sobre mi espalda mientras su pene seguía descargando la gran cantidad de leche que se guardaba en sus testículos. Una parte de mí, la parte racional estaba asqueada por lo que había hecho pero la parte bestial la parte de hembra que había en mí se sentía satisfecha, se sentía dominada por un macho que hacia lo que le placía con mi cuerpo. Al grado de dejarlo eyacular lo que quisiera en mi interior siendo una bestia. Su bola se hizo más grande cada vez hasta no poder sacarlo. Mi perro se volteo y se puso de espaldas contra mí. Nerón hacia un esfuerzo por soltarse pero comenzó a chillar. Su pene estaba atrapado en mi ano y se lastimo, yo ...
    ... grite de nuevo de dolor también. Mi hijo lo sostuvo y Nerón siguió eyaculando en mi ano. Mi hijo me beso con su lengua en el interior de mi boca apasionadamente y me dijo – gracias por hacer realidad mi fantasía mama, es el mejor regalo que he recibido en toda mi vida-. Eso es para que no dudes que te amo mi amor –respondí-. Mi hijo me dijo –no te preocupes ma, yo me encargare de que no se despegue hasta que pueda salir de ti sin lastimarte -. Pasaron más de diez minutos y aún seguía muy atorado. Yo me sentía muy adolorida pero la sensación cálida que producía su semen en mi ano era muy estimulante, tanto que había comenzado a chorrear de nuevo mi vagina. Mi hijo comenzó a masturbarme mientras sostenía con una mano al perro. Yo no pude resistir mucho y chorree en un par de minutos mientras mi perro salió disparado de mi ano con fuerza abriéndomelo por completo. El dolor y el placer se mezclaron de nuevo y mi ano se sentía como si nunca se fuera a cerrar. Caí rendida al piso. El semen brotaba a borbotones de mi ano y mi orgasmo caí también al piso mezclándose en un gran charco debajo de mí. Me quede respirando con mucha dificultad y mi hijo se masturbo echándome su semen por todo mi cuerpo. Me sentía como la más baja de las mujeres pero la excitación que había sentido al ser dominada por una bestia no se comparaba con nada. 
«12»