1. Deseos Incontrolables


    Fecha: 21/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Desde que llego a esa casa, supo que algo iba pasar, se conocía, sabia que cuando quería conseguir algo lo obtenía a toda costa. Roberto siempre tuvo predilección por las menores, aunque aparentaba ser un típico chico de campo, tranquilo y sin vicios. Habían llegado de un largo viaje desde las afueras de la ciudad, con su pareja. En aquella casa vivían su suegra, su cuñada y sus 2 hijas, Mariana y Alejandra. Como iban a quedarse un buen tiempo, se alojaron en un cuarto del segundo piso. Con el pasar del tiempo, Roberto fue ganándose el cariño de la familia, en especial de las 2 chiquillas, que se peleaban por llamar la atención de aquel tío; él sin embargo empezó a tener cierta predilección por la mas chica, Mariana. La consentía en todo momento, pero mas allá de un cariño filial, lo que empezó a despertar en él fueron sus mas oscuros deseos. Mariana era una chiquilla algo rebelde, desde muy pequeña. Siempre que quería algo hacia sus típicas rabietas, pero lo que mas llamaba la atención de su tío eran ciertos comportamientos y actitudes que una de su edad no tendría. Y eso despertaba en el una extraña obsesión. Tal vez iba a ser mas fácil de lo que pensaba. Una tarde mientras se bañaba,empezó a pensar en ella, en como podría llegar a poseerla, comenzó a masturbarse, aquel miembro de 18 cm había llegado a su máxima erección, y con rápidos movimientos, cerro los ojos y se dejo llevar por sus mas oscuros instintos. Pero lo que no se había percatado es que, desde la ventanilla ...
    ... que daba hacia la escalera había una sombra, alguien lo estaba espiando, el de repente se dio cuenta, y sin lugar a dudas era ella. Ya hace tiempo había ocurrido algo parecido pero no le había prestado demasiada importancia. Desde ese momento entre ellos dos hubo como mas complicidad, el siempre cada vez que podía salia a pasear al parque con las hermanas, ya que aun no conseguía trabajo y lo dejaban solo con las chicas. Una de esas tardes, Mariana se acerco y le pregunto si podía comprarle un helado, el sin pensarlo dos veces, como siempre, accedió. No dejaba de observarla, en la manera en que se llevaba el helado en la boca, tenia los labios algo carnosos y cada vez que le pasaba la lengua a la paleta, Roberto imaginaba como si estuviera chupándosela a el, eso lo excitaba descontroladamente. Lo que sucedió en los siguientes días, iba a acercarlos aun mas. Mariana empezó a tener la costumbre de echarse en la cama de los tíos, por las noches a ver películas. La tía llegaría como siempre tarde, del trabajo. Santiago hasta ese momento aun no se atrevía hacer nada, esperaba que todo fluyera naturalmente, ya que sospechaba que la chiquilla también tramaba algo. -Tio me puedes hacer masajes en los pies -Si claro Mariana- decía el tío que no dejaba de tener los mas sucios pensamientos. Le tomo los pies y empezó a acariciarle con suaves movimientos, Mariana estaba acostada boca abajo mirando hacia el televisor mientras que sus pies reposaban en las piernas de Roberto, que desde ese ...
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