1. El Intruso capítulo 3


    Fecha: 22/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues

    ... estaba un sillón individual, mi mujer le pidió que se acostara en el sillón, mi compadre lo hiso, ella lo tapo con una gruesa manta, para después acostarse con él. Los dos estaba de lado, mi compadre atrás de mi esposa, escuche cuando la cremallera de él hiso ruido ya ser bajada, vi como mi Carmen se movió acomodándose y como mi compadre mordió su labio inferior en señal de concentración, por la cara que puso mi esposa adiviné que la penetración se había consumado. Una hora antes yo le había aplicado un enema a mi mujer para lavar sus intestinos, después le puse mucho lubricante, sabía que mi compadre iría directo a su culo, se olvidaría de la raja, la preparé metiéndole dedos en el culo para dilatarla y finalmente le aplique más gel lubricante, le di un tierno beso en su culo, cosa que mi mujer agradeció dándome un tierno en mis labios. Mi compadre ya le había metido toda la verga a mi esposa, ella tenía su cara desfigurada por la penetración, sus ojos cerrados y su ceño fruncido, mi compadre inicio un movimiento de meter y sacar, se movían muy obvios, mis niños no lo notaban a pesar de estar muy cerca de ellos, Carmen sin poder evitarlo gemía quedito, su cara no se estaba quieta, abría los ojos, los cerraba su boca hacía lo mismo, fruncía su entrecejo, me miraba, su mirada se nublaba, era como si de agonía placentera estuviera muriendo frente a mí. La manta que los cubría se empezó a caer por el movimiento, me tuve que levantar y acomodárselas para que pudieran seguir ...
    ... cogiendo bajo ella, lo hice yo porque tanto ramón como mi Carmen no hacían por detenerla, notaba lo feliz que estaban entregándose de lleno a la cogida. ‐ Mmmmgggghhhh Carmen no pudo evitar dar un pujido cuando mi compadre se la metió muy fuerte, hiso eso tres veces las mismas que Carmen sin poder evitarlo gimió pujando, era obvio que quería gritar su placer, pero al estar cerca de nuestros hijos, casi frente a ellos no debía; podía yo ver como ella luchaba por contener su garganta para no gritar y gemir loca de placer. Nuevamente la manta se deslizó cayendo y tuve que pararme muy rápido para colocarla de nuevo, lo hice tan rápido que no pude acomodar mi erección, mi pantalón parecía una tienda de campaña, Carmen miró con ojos nublados de placer como yo con mi erección demasiado evidente acomode la manta, cuando los deje bien arropados, cerró los ojos y abrió su boca nuevamente para dejarse llevar, mi compadre sonrió malicioso, como diciendo “no la pongas”, pero yo no hice caso a su mirada y la acomodé. Desde mi sillón podía ver como ellos seguían cogiendo, Carmen con ojos cerrados y mi compadre mirándome, no podía aguantar más y abrí mi bragueta, el sonido de está bajando hiso que Carmen abriera los ojos, me miró como metí mi mano y la moví en señal de masturbación, volvió a cerrar los ojos, mi compadre dejo de mirarme, pero mi corazón latió mucho cuando vi que desvió su mirada a mi pequeña hija perla, veía como su mirada iba cambiando mientras la veía al mismo tiempo que se ...
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