Mi madre, la vedette - Relatos Eróticos

Mi madre, la vedette

... algunas visitas a la casa ya no vino nadie. Pensé que gente tan desquiciada, tantos años en la revista, llego a la fama y solo los periodistas se ocuparon en su estadia en el hospital pero al verla como estaba, fue fácil borrarla para siempre. Imaginen su sufrimiento, casi invalida, desfigurada, sin amigos, solo le quedamos abu y yo. Yo segui con mi curso de segundo año y la abu nos atendió a ambos, solo salía para las compras y para ir a su casa a dar de comer a sus bichos. Cuando salió del hospital, ya tenia pocas vendas, solo en la cadera y en la pierna. Poco vi de sus cicatrices, la del pomulo era grande y profunda, decían que requería de cirugía reparadora y volveria ser casi igual que antes, por ahora tenia una fea mueca. Una tarde, la abu había salido, me llama y me pide la chata. La verdad pensé iraa cagar, que hago, me moria de susto. Se la llevo y me dice colocala yo te indico, se destapo las píernas de costado y levanto la sana, mientras de arremango el camisón, le vi la concha!!!, peluda un asco, pensar que en las fotos la tenia divina, al punto que seguía pajaendome con esas figuras. Me pide mas adentro, bien asi, puedes irte, luego te llamo. Me quede detrás de la puerta, no se sentían pedos sin nada, al rato me lama y me dice, retírala y tira su contenido al wáter, no te impresiones es por el periodo no me pasa nada. Había meado y sacado un corcho peludo lleno de sangre, había muchos pañuelitos de papel unos sangrados otros solo mojados. Si, era un tampón, ...

... estaba reglando. Se habrá puesto otro?, de donde lo sacó?. Luego me entero que los tenia en una cajita en la mesita de luz. También observe que en sus piernas había pelitos, muchos, pobre le habían vuelto a crecer. Llegó muy flaca y demacrada, ya al tiempo comenzaba tomar color y parecía mas gordita. Cada dia me parecía mas linda. Cuando llegó la abu, le conto mi hazaña, la de la chata. Ella le dijo me hubieses esperado, abu es que me estaba meando. Cuando lo requería y estabamos solos se la alcanzaba ya era casi rutina, a la abu ya no le importo tanto y cada dia cuando iba por sus mascotas tardaba mas en regresar. Casi todas las tardes era su única compañía, hablabamos mucho, me contaba de su infancia, pero nunca de su juventud ni de mi padre, al que nunca conoci. La sacaba al patio en la silla de ruedas a tomar el solcito. Comenzó a venir un fisiatra le estaba enseñando a caminar con muletas y le daba masajes en las piernas. Ella es agil y siempre hizo ejercicio asi que la cosa iba adelantando bastante, yo la ayudaba a hacer ejercicios extras de los que le hacia hacer el fisiatra, tenia apuro por dejar la cama. La silla de ruedas ya la había abandonado, hasta se bañaba sola, la vigilaba, con la puerta cerrada pues temia por el piso enjabonado, hasta que un dia se resbala y no dijo nada. Solo que una tarde me dice me duele mucho la nalga sana, mirame que tengo. Le vi el culo!!!, tenia un moreton, y eso?, no le digas a la abu, ayer me cai en el baño, no es nada. La reté. Una nalga ...