1. Mi primera vez... con mi jefa


    Fecha: 29/05/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... enséñame todo lo que sabes.
    
    Apenas terminé de decir estas palabras, su lengua se metió en mi boca, su mano sostuvo mi cabeza, y nos fundimos en un beso suave e intenso. No puedo explicar el placer que experimenté en eses momento, fue hermoso, ningún hombre me había besado como ella lo hacía.
    
    -Eres tan hermosa, Olivia...y tan joven.
    
    -Como la muchacha del boliche gay que te follaste.
    
    -Sí, pero tú eres más linda.
    
    Su mano fue bajando por mi cuello, sus labios también, me besaba allí y eso me enloquecía. Su mano siguió descendiendo hasta posarse sobre mi seno izquierdo y comenzar a frotarlo sobre la camisa. Mis suspiros fueron en aumento. Romina desabotonó mi camisa sin dejar de besarme, me la quitó y la tiró al suelo, besó la piel de mis senos que asomaba de las tazas de mi sostén, comencé a gemí y ya no aguantaba más.
    
    -¿Quieres que te quite el sostén, mi vida?
    
    Pareció leer mi mente. Asentí con la cabeza, me sentí liberada cuando mis senos estuvieron al aire y el sostén fue a hacerle compañía a la camisa en el suelo.
    
    -Mira estas tetas, que belleza...
    
    Romina masajeaba mis tetas. ¡Oh, que bello fue eso! Pero yo quería más...
    
    -Chúpalas.
    
    -Tus deseos son órdenes, preciosa.
    
    Su boca se tragó una de mis tetas, no son muy grandes pero ella había dicho que eran una belleza, y las chupó y las lamió, mamaba mis pezones que se pusieron erectos y mis tetas duras como piedras. Yo sólo podía gemir de placer y rogarle que continuara, se sentía tan rico, no ...
    ... quería que parara de chuparme las tetas.
    
    El peso de su cuerpo me hizo acostar en el sofá, se apoyó encima de mí, y así siguió ocupándose de mis tetas por un par de minutos, hasta que comenzó a bajar por mi abdomen, lamiéndome con su lengua, se detuvo un poco en el ombligo y me hizo cosquillas. Siguió bajando y se detuvo al llegar al borde de mi falda. Elevó la cabeza, nos entendimos con solo una mirada, comencé a reír mientras me bajaba el cierre y me quitaba la falda haciendo fuerza porque era un poco ajustada. La falda tuvo el mismo destino que mi camisa y el sostén.
    
    Romina besó y acarició mis piernas, mis rodillas, mis muslos, se detuvo al llegar a los glúteos, y posó su mano sobre mi braguita. Ese solo contacto me hizo humedecer muchísimo, como si estuviese orinando.
    
    -Mi amor, que mojadita que estás.
    
    -Sí...Estoy mojada por ti.
    
    -¡Que honor!
    
    Levantó un poco la tela de la braguita con sus dedos, apoyó la nariz en mi bajo vientre, me olfateó.
    
    -Mmmmhhh...Huele delicioso.
    
    Su lengua lamió apenas por debajo de la braguita, me excité y me mojé más. Me quitó la braguita despacitito, y yo elevé mis caderas para que lo hiciera más fácilmente. Otra prenda mía en el suelo. Romina separó mis piernas con delicadeza, metió su cabeza entre ellas, a pocos centímetros de mi húmedo y completamente rasurado coñito.
    
    -Vaya, hasta tu coño es bello.
    
    Con sus dedos lo frotó suavemente y un fuerte gemido salió de mi boca, y también jugos de mi coñito. Romina se llevó los ...