1. La maldición de mi hijo


    Fecha: 25/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... que accedieron. Llego la noche de la fiesta, y todas estábamos semi desnudas, con prendas tan diminutas que apenas nos tapaban los pezones y la raja. Todas tenías unos traseros muy grandes, y los senos también, éramos mujeres voluptuosas, aunque no éramos muy populares por estar un poco excedidas de peso. Mis amigas se estaban impacientando, y me preguntaban por ese semental que les había relatado. Entonces llame a mi hijo Luis, y todas pensaban que Luis era el nombre de un hombre mayor. Grande fue la sorpresa cuando llego mi hijo, Todas se taparon y me reclamaron, en que estas pensado, es tu hijo, es un niño. Yo era la única que no se había tapado con una frazada o almohada y mientras discutíamos Luis me vio con ese atuendo tan provocativo, y de repente todas se callaron. Luis tuvo una erección y todas quedaron embobadas con ese enorme pene, y vieron que yo decía la verdad. Entonces todas dejaron de quejarse y empezaron para lo que habían venido. Las 4 se la chupamos al mismo tiempo, su pene era tan grande que había espacio de sobra para lamer. Era tan delicioso que Luis no tardo en correrse, y todas quedaron como locas al ver el chorro de semen. ...
    ... Pero no termino allí ni de cerca. Las 4 usamos nuestras grandes tetas para frotar la cara y el cuerpo de Luis, y en nada su erección regreso. Luego Luis empezó a follarnos individual a cada una. Nos la metía, se corría dentro de nosotras, llenaba la cama de semen. Nos la metía en la boca, entre las tetas, por el ano. Cada una gritaba más y más. Por suerte ellas eran mis vecinas, o sino los vecinos hubieran hecho escándalo por el ruido. La fiesta empezó entre las 9 de la noche y termino entre las 8 de la mañana del día siguiente. Luis no podía parar de correrse y de follarnos, todas quedamos agotadas, mientras una descansaba, Luis follaba a otra. Al terminar todo estaba lleno de semen, el suelo, las paredes, un poco en el techo, pero sobre todo, la cama, la cama parecía una piscina de leche. Y sobre esa piscina caímos a agotadas todas con Luis. Literalmente quede bañada en semen, había semen entres los dedos de mis pies, dentro de mi ano, en mi boca, en mi pelo, entre mis tetas. Y todas mis amigas igual. Desde ese entonces, repetimos la fiesta cada semana, y Luis ya no le importa vivir encerrado, y puede follarse a 4 mujeres ardientes regularmente. FIN. 
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