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“EL MECÁNICO”
Fecha: 07/06/2019, Categorías: Gays Autor: HornyBoy95, Fuente: SexoSinTabues
*** Cuando entre a preparatoria mi madre decidió que era tiempo de que tuviera mi propio automóvil puesto que ella no podría llevarme al colegio e ir a su trabajo ya que entraba a la misma hora que yo. Me dijo que no iba a ser uno de agencia (en ese momento no contábamos con el dinero suficiente para costearlo) yo acepte sin pensarlo dos veces, finalmente me dijo que probablemente podría ir el fin se semana a ver si algún auto me convencía. Aquella fue, a mi parecer, la semana más larga de mi vida, contaba los días para que llegara el fin semana, parecía que los días no avanzaban. Estaba totalmente impaciente y mi madre parecía haberse olvidado de lo que me había dicho ya que no volvió a comentar el tema hasta el viernes cuando llegué del colegio. — Está bien, yo le comento— decía mi madre mientras hablaba por teléfono. Yo no dije nada simplemente subí a mi habitación, al cabo de unos minutos baje nuevamente hasta la cocina. — ¡Hola ma’! — ¡Oh! No te he oído entrar, estaba al teléfono con… — ¿Con quién?— hubo unos segundos de silencio, por un momento llegué a creer que se trataba de mi padre. — Con…— continuó mi madre—. Miguel. — ¿Quién es Miguel?— el nombre me sonaba familiar pero no lograba recordar. — Miguel, el mecánico, él ha reparado mi auto varias veces. — Ah, y ¿qué onda con él?— dije mientras habría la nevera y tomaba una lata de Coca-Cola. — Bueno pues él es quien me ha dicho que tiene un automóvil que puede interesarte. — ¿¡De verdad!?— por poco me ahogo con la ...
... gran cantidad de soda que tenía en la boca. — ¡Sí! — ¿¡Cuando puedo ir a verlo!?— la emoción se apoderó de mi completamente. — Dijo que mañana. No podía creerlo, estaba tan emocionado que esa noche no pude dormir. Cuando amaneció me levante rápidamente y de di una ducha. Bajé y encontré a mi madre en la cocina. Me dijo que tendría que salir por un compromiso muy importante de su trabajo, por un momento creí que ya no querría que fuese a ver el automóvil, pero toco cambió cuando me dijo que minutos antes había hablado con Miguel y le comentó que era preferible que fuera a conocer el auto por la tarde cuando ya hubiera cerrado el taller para así poder explicarme mejor las especificaciones del vehículo sin interrupciones ya que tenía demasiado trabajo aquel día. — Dice que vayas como a las cinco. — Está bien— respondí con cierto desánimo. Mi madre se subió a su auto y se fue no sin antes recordarme que volvería tarde. En las horas que faltaban para ir al taller de Miguel terminé mi tarea que tenía aún pendiente. Tan pronto sonó la alarma que indicaba que eran las 5:00 p. m. salí camino del taller. Aquella tarde era especialmente calurosa. Al llegar al establecimiento toqué el timbre y unos segundos después pude oír como alguien se aproximaba, la puerta se abrió y frente a mi apareció un hombre alto como de 1. 80 m, de brazos fuertes, piel blanca; cabello oscuro, corto y un poco ondulado, sus ojos eran color aceituna y sus labios eran finos. Me quedé sin habla por un instante pero ...