1. Tania, experiencias y fantasias 1 inicios


    Fecha: 12/06/2019, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Fui hija unica, hoy en día travesti de closet (aún) tengo 25 años. Para empezar contaré cómo y me fui dando cuenta de mis gustos. Cuando era pequeña como a los 7 u 8 años, las primeras veces que sentí esa tensión sexual con alguien fue con mis amigos de la escuela primaria cuando llegaban a venir a la casa, pues mi madre me dejaba invitarlos para que tuviera con quién jugar. Nos gustaba jugar luchitas en la cama, era divertido y pues jugábamos dándonos patadas o golpes (muy leves y solo en el cuerpo) y tomarnos del cuello para ver quién podía someter a su contrincante. Me encantaba ese juego, y aunque casi siempre tuve un poco más de fuerza que mis amigos me encantaba sentir sus golpecitos y como me sometían y decían te rindes y pues yo prolongaba la cosa lo más que podía, era algo muy inocente pero de niño me hacía ponerme algo raro (me exitaba mucho que me pegaran y me ganarán la pelea). Esta situación en realidad nunca activo ningún foco rojo (pensé que era algo normal de niño) y seguía mi vida normal, jugaba videojuegos y siempre escogía personajes femeninos y de hecho me gustaba que les "bajarán vida" hasta ver cómo caían y gritaban, eso siempre se me hizo muy excitante, se que es raro pero creo que fueron las raíces de lo que ahora es mi gusto de vestirme de chica y ser humillada. La primera vez que tuve contacto sexual con un chico fue con un primo, como a los 13, y fue por algunas casualidades que terminamos durmiendo juntos esa noche. Empezamos platicando de chicas ...
    ... que nos gustaban y salió el tema de que si seguíamos siendo vírgenes, y pues si así era y acordamos hacernos una paja (el a mí y yo a el), a esa edad sé sentía bien, total que ni siquiera nos venimos y se me ocurrió preguntarle qué día de la habían mamado y respondió que no y nos quedamos viendo con u a expresión pícara en los ojos pero al final dijimos al unisono. Nahh, y nos quedamos dormidos, sin embargo la idea no dejaba de darle vueltas a mí cabeza y pues mientras el dormía yo lo abrazaba y le agarraba su verga (de unos 13 cm y blanquita me encantaba y decidí hacer algo que cambiaría las cosas, bajarme a mamarsela. Poco a poco fui acercando mi cara a su trusa (recordándolo se le veía muy sexy) y con su verga flácida empecé a comerla con todo y ropa interior unos momentos para después sacarla por un ladito y meterla en mi boca, al sentirlo ahi sentí un vacío en el estómago (como maripositas) sabía muy rico, y se le paró muy rápido, yo empecé a aplicar lo que había visto en las pelis porno y pues me pegue a mamar con singular alegría hasta que de repente me apretó mí cabeza contra su pelvis y no me dejó quitarme mientras un chorro de rica leche inundó mi boquita, el muy cabron evidentemente fingió estar dormido y una vez que se vino, no me dejó quitarme lo cual me obligó a comerme su semen para no ahogarme, fue mágico. Al otro día ni hablamos de tema y seguimos nuestras vidas normales (sólo fue algo fugaz). Creo que esos eventos fueron los que me marcaron para hacer que una ...
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