El vecino inesperado - Relatos Eróticos

El vecino inesperado

... cuestión de segundos cuando yo tome conciencia de que estaba pasando lo detuve.

-Déjame, ya te dije que sólo es para descargarme

-Yo también necesito descargarme, venga, no seas mala.

El siguió insistiendo, tocando mi pecho y besándome, bajaba su mano poco a poco hasta llegar a mi vagina, me dio un corto masaje en el clítoris en círculos, justo como me encanta, se sentía tan rico y muy estimulante, pero nuevamente mi mente me molestaba.

-Ya basta, no estoy interesada en esto ahora, retírate.

-Parece que tu cuerpo dice lo contrario.

Levanta sus dedos y se ve un pequeño hilo de mis jugos. Se mete los dedos a la boca y se muerde el labio.

- Sabe dulce, está delicioso. ¿De verdad no quieres esto? Se tocó el pene y me tomo de la mano, me puso la mano en su pene y de verdad era enorme, yo no sé si eso me podría entrar.

-Si ya no te gusta lo que hacemos te dejo y no te vuelvo a hablar.

Sin pensarlo, me puse tranquila y puse mis manos sobre su cuello y me colgué, pose mis piernas sobre él, camino hacia mi recámara y me tumbó en la cama.

-Te prometo que será lo mejor que has sentido en tu vida.

Me desvistió, comenzó con la blusa, iba desabotonando lento y haciendo caras muy excitantes, fruncía el ceño y se mordía los labios, me quito el bra y comenzó a besarme mientras tocaba mis pechos desnudos hacia él.

Sentía sus labios pasar por mis pezones y recorrer todo mi cuello, sólo se detenía al oído y me podría el lo lóbulo, mmm de recordarlo me pone la ...

... piel chinita.

Él se bajó el pantalón y el bóxer, yo vi su verga, era enorme, grande y gorda, media como 24 cm algo por el estilo, puse mis dos manos sobre ellas y comencé a masturbarlo hacia los lados despacio, después con una sola mano de arriba hacia abajo, rápido y con un movimiento constante, después le di lengüetazos en toda la cabeza de su verga y con la mano le sobaba los huevos, se veía muy excitado, me gustaba ver su cara.

Me recargo en la cama de nuevo boca arriba con las piernas abiertas y con su mano comenzó a meter un dedo suavemente y a besarme de nuevo. Ya estaba bastante lubricada así que el procedió a poner su pene en la entrada de mi vagina

-estas sabrosa

-tu muy guapo y atlético.

En eso me mete su verga dura y gruesa claramente sacó un gemido y él se acerca y comienza a bombear muy rápido y fuerte, pone su oído sobre mi boca

-gime todo lo que tú quieras.

Claramente eso me encendió más y comencé a gemir en su oído. El pareció gustarle que cada vez lo hacía más fuerte para escucharme gemir.

Cambiamos de posición y me puso de cuatro, metió de nuevo su pene y se comenzó a mover suavemente mientras con sus dedos me tocaba el ano, ponía saliva y le daba vueltas con el dedo.

Metió un dedo, ufff, la gloria en dolor. Obviamente me retorcí y el me tomo de los hombros y me metió un segundo dedo

-Disfrútalo, se lo que hago.

Me tomo del cabello y lo jalo hacia él, dejando mi cabeza un poco alzada logré ver cómo me estaba cogiendo por el ...