Así nunca me folló su hijo
Fecha: 15/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... con esto?
—Pélela.
Federico, le cogió una mano.
—Menéala. Me lo debes.
La cogió sin rechistar. La apretó y Federico le follé el círculo que hiciera con la mano dándole al culo hacia delante y hacia atrás. Poco después, al mojarle la mano de aguadilla, la besó y ya le dio ella hacia delante y hacia atrás. Federico le magreó las tetas y le metió dos dedos en el coño empapado con las bragas subidas. Masturbándolo, y ya caliente de nuevo, le dijo:
—Enséñeme.
—¿A qué?
—A mamar una polla.
—Ponte en cuclillas.
Al estar en cuclillas le dijo todo lo que le gustaba. Que le chuparan el glande, que le pasaran la lengua desde los huevos al frenillo... Le dijo como hacerlo y cuando... Lo que no le dijo fue que se iba a correr. Lo supo cuando la leche de su corrida llenó su boca, pero parecía estar esperándola, ya que se la tragó, y luego le dijo:
—Sabe raro, suegro.
—¿No sabe cómo la de mi hijo?
—A su hijo, en los dos meses que llevamos casados nunca se la mamé.
—Ahora ya sabes hacerlo, esta noche mámasela.
—¡Sí, hombre! Para que me pregunte quien me enseñó.
—También es cierto. Mejor que no se la mames.
Angelita le miró para la polla y vio que se le pusiera flácida.
—Se le bajó.
—Cosas de la edad.
—Y yo que quería...
Federico, guardó la polla, cogió el saco de piñas, lo echó al hombro, y le dijo:
—Lo que tú quieres es mejor hacerlo en tu casa. Berto no llega hasta la noche.
En la cocina de la casa de Angelita, bebiendo un ...
... par de limonadas, le preguntó Angelita a Federico:
—¿Ya está para otro, suegro?
Federico se acercó a ella, le cogió las nalgas, y la apretó contra él, Angelita rodeó con sus brazos el cuello de su suegro. Se besaron largamente, después, Federico, le preguntó:
—¿Cómo te gusta más, arriba, abajo, por detrás...?
—Sólo follé estando debajo, pero me gustaría correrme otra vez en su boca antes de que me la meta.
Se volvieron a besar.
—Tutéame.
—No, no vaya a ser que después, sin querer, lo tuteé delante de su hijo y empiece a desconfiar.
—Estás en todo.
—Hay que estar.
Federico le quitó la blusa, el sujetador, la falda y las bragas, Angelita se quitó los zapatos y las medias. La cogió en alto en peso y la sentó sobre la mesa, mesa a la que la cubría un mantel azul. La besó. La echó hacia atrás y le comió las tetas. Con dos dedos le abrió el coño. Le lamió un labio varias veces, después el otro, y acto seguido, con la lengua plana, se lo lamió de abajo arriba sin llegar a tocar el clítoris. Los gemidos de placer de Angelita y aquel coño tan fresco fueron empalmando a Federico. Se desnudó. Su polla ya miraba al frente. Le lamió el periné y el ojete. Se lo folló con la punta de la lengua y sintió como se la apretaba al abrirse y al cerrarse. Luego le folló la vagina con la lengua la tira de veces. Cuando ya Angelita no aguantaba más, le preguntó:
—¿Tienes mantequilla?
—Hay manteca en la alacena.
Federico cogió la manteca y untó su polla con ella. ...