1. Boda


    Fecha: 15/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Crusnik, Fuente: SexoSinTabues

    ... intentando asimilar al mismo tiempo todo lo que ha sucedido. ¡Acabamos de follar! y ¡Se ha corrido dentro! Sin tiempo a pensar mucho, mi hija empuja a su hermano para apartarlo y me empieza a lamer la cuca, tomando los jugos de ambos. Era como si estuviera poseía. En minutos un nuevo orgasmo invade mi cuerpo. Metió su mano entre mis piernas, abrió mis labios vaginales y comenzó a tocar toda mi conchita, que ya estaba bastante húmeda. Yo sólo acerté a soltar un gemido, pues no podía haber estado más excitada. Arqueaba la espalda cada vez que sus dedos se posaban sobre mi clítoris, y chorros de líquido comenzaban a salir a borbotones de mi sexo. Con una mano empecé a sobarme las tetas mientras ella hacía lo suyo en mi concha. Me besó el cuello. Lamió mi oreja. Y yo estaba a punto de llegar al orgasmo cuando repentinamente me soltó. Yo temblaba de placer y no quería quedarme así. - ¡Oh! Hija… ¡Qué placer! ¡Sigue mi amor! - Sí mami- dijo entrecortadamente- lo que tú quieras. - Quiero comerte toda, hija- le decía mientras la despojaba de la ropa- ya no puedo más, mi cielo. - Ven bebé, que te voy a amamantar. Bebe de mi leche, corazón. Mi hijo se recobró y se agarró del otro pecho y también empezó a succionar el enorme pezón dentro de sus bocas, mientras ella acariciaba suavemente mi cabello húmedo en sudor. La lengua de mi hijo jugueteaba con el pezón y en ocasiones lo mordisqueaban, lo cual me ponía más cachonda. Mis pezones ya estaban durísimos, y dolía un poco cada vez que ...
    ... alguno de los dos los succionaba. Apretaban mis senos uno contra otro y yo me estaba volviendo loca. -¡AAHHH!- solté un gemido. Entonces extendió su mano y comencé a masajear una de sus tetas. Lo apretaba fuertemente y torcía su pezón cada vez que ella succionaba el mío. -Mi niña, no pares, sigue, sigue porque ya me vengo… ¡AAAAAH! ¡MMMMMH! Rápidamente me levanté del asiento y me arrodillé frente a ella, frente a sus piernas abiertas. Su vagina estaba roja y totalmente lubricada. Y un clítoris erecto se asomaba por entre sus labios. No me resistí y empecé a comerla toda. Metí mi lengua en lo profundo de su sexo y lamí cada rincón de ese delicioso manjar. Era dulce y amargo a la vez. Mientras mi hijo me lamía el culo. - AHHHHHH, si, dale a mami placer. ¡Sé un niño bueno y dale a mami otro orgasmo!- gemía mientras apretaba mi cabeza contra su sexo. Succioné su clítoris durante unos minutos, era gigante, y me encantó. Inés se retorcía de placer y gritaba cosas que nunca entendí. Mi lengua se introducía y salía de su cueva y ella lo disfrutaba, gemía como un animal y se convulsionaba en señal de que llegaría a su segundo orgasmo. Se vino en mi boca, y yo bebí casi todos sus jugos. Esto me hizo correrme, mientras que mi hijo bebía los jugos que fluían de mi gruta. Me dio un largo beso, nuestras lenguas se entrelazaban y ella pudo probar así sus propios líquidos. -Mami, si mami. Eres mejor que nadie. Solo tú sabes lo que tu hija necesita. MHHHH, ¡MHHHHH! -Mami, mamita, casi se viene, ...