EXPUESTA - Relatos Eróticos

EXPUESTA

... descaro me empezó a acariciar el culo por encima del pantalón, yo seguí en lo mío, lavándome, entonces se puso detrás de mi, tomo mi cintura con ambas manos, y empezó a tallar su pene en mis nalgas, caray jamás lo he hecho en los baños pensé en mis adentros, alce la cara para ver cómo era mi nuevo cogedor y al ver su imagen en el espejo, me helo la sangre, él al verme solo dijo mi nombre de manera incrédula y con mucho asombro: ¿Alonso? De inmediato tome mi mochila y como pude me volví a poner la blusa, y corriendo me salí del baño, no voltee, y me fui a sentar en una de las butacas de atrás, de inmediato me quite el pantalón pegado y la blusa, quedándome en tanga, de manera nerviosa y torpe saque mi pantalón de calle y mi playera, para cambiarme e irme de ahí, pero cuando estaba a punto de ponerme el pantalón, sentí un par de manos encima de mis hombros desnudos, diciendo: . -Espera Alonso espera, por favor no te vayas, te prometo que no quiero molestarte ni ocasionarte problemas, y aunque no me creas el hecho de verte aquí es un alivio para mí. Cerré los ojos, y me volví a poner la blusa y guarde la ropa que había sacado, el se paso a mi lado, y eso hizo que ya no pudiera ponerme el pantalón solo lo deje caer encima de mis piernas para cubrirme, en ese momento cerré los ojos para pensar, vaya, ¡Que pequeño es el mundo! Saúl, quien así se llama el tipo que encontré, es el cajero que trabaja en la empresa a donde mis jefes mandan rentar los autos, a veces para hacer entregas ...

... o a veces para llevar personal a ir a hacer trabajos a otras ciudades, me conoce muy bien, porque el trato es personal, vamos yo soy el que habla para reservar las unidades, y soy el que va a firmar los contratos en persona, así que de que nos conocemos, sin duda nos conocemos, bien ya mas resignado y tranquilo, me quede sentado esperando saber su opinión a mi doble vida recién descubierta seguía mirando al frente sin ser capaz de voltear a verlo a la cara, y también callado sin decir una sola palabra, queriendo que la tierra se abriera y me tragara, o teletrasnportarme a casa, o cualquier otra cosa que no me hiciera estar ahí a su lado, me sentía además de descubierta, vulnerable y expuesta, porque además, de conocerlo, le había manifestado mi aprecio en varias ocasiones, pero lo que él no sabía es que había tenido muchas fantasías con él, sin que él supiera claro, muchas veces había imaginado hincarme en su oficina y mamarle la verga hasta sentir su semen espeso y caliente llenado mi boca, otras al mirar el tremendo bulto que se le hace entre las piernas me hacía pensar lo grande que podía ser y lo bien que me haría sentir teniéndolo dentro de mí, incluso una vez soñé con él, y amanecí tan caliente que tuve que masturbarme pensando en él y diciendo su nombre, y había sido riquísimo, pero solo era eso fantasías, algo que a mi pensar, era imposible que pudiera pasar en la vida real. Entonces empezó a hablar. - Por favor no me ignores, solo quiero platicar no pienso hacer nada ...