1. Diana y Alfredo: Amigos de verdad (parte 5)


    Fecha: 19/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuerpo en posición de 90 grados con mis nalgas bien paradas, y lo obedecí.
    
    Ya colocada en esa posición, sentí que se paró atrás y poco a poco levantó mi vestido, el cual se enrollo en mi cintura y ya todo ese vestido se redujo a un cinturón rosado. Alfredo parado tras de mí, se quedó callado, me imagino que admirando las formas de mis nalgas, y sentí sus manos a los lados de mis caderas y su aliento en mi ano. Sentía su presencia tras de mi, pero no sabía lo que pasaba, por lo que alcé mi rostro y volteé hacía atrás y justo en ese momento, sentí su lengua como empezó a lamer de una forma descomunal todo mi culo recorriendo desde mi anito hasta mi vagina, y subía la lengua por mi ano, por mis nalgas, y con sus manos me las acariciaba junto con las piernas. Su magistral lengua rozaba la entrada de mi vagina, y todo esto me excitaba mucho. Alfredo me mordisqueaba las nalgas una y otra vez en diferentes intensidades y yo sentía una sensación eléctrica muy rica, sentía como rozaba su bigote en mis nalgas y en mi ano.
    
    Después de un rato sentí que se alejó, y en ese momento oí el caer del metal de un cinturón en el piso, voltee y vi que Alfredo ya estaba completamente desnudo.
    
    Su cuerpo se veía muy excitado por mí, y con esa pancita respirando fuertemente, e inevitablemente bajé la mirada para admirar su pene que también estaba a todo lo que daba, húmedo y escurriente con ese líquido pre seminal, que daba muestras de que estaba súper excitado. Lo tenía tan parado que se ...
    ... le veía, dispuesto a tener sexo..
    
    Él se volvió a agachar y ahora me lamia la vagina de abajo para arriba, era un vaivén muy rico, yo sentía que me excitaba cada vez más, sentía como se humedecía mi vagina y ya no sabía si era la saliva o mis propios jugos de excitación. Luego se puso de pie y me volteo de frente a él, y me sentó en el sofá cama, abriéndome las piernas, para alcanzar mi clítoris con su lengua, y me lo comenzó a lamer de una manera excepcional, haciéndome cerrar los ojos del placer, en tanto su pulgar tocaba la entrada de mi coñito, y apenas con esa punta la empezó a mover dentro de mí al mismo tiempo que lamia mi clítoris. Era una sensación de calor que me invadía, sentía el placer dentro de mí, y empecé a gemir, a gemir como una mujer que necesitaba un hombre.
    
    Cuando ya estábamos ambos muy excitados, yo acostada encima de ese sillón, Alfredo se puso de pie y se puso encima de mí, pero para irse contra mis pechos, para comérselos, pero en esa posición, el encima de mí, hizo que su pene chocara contra mi vagina, el cual apenas lo sentía. Pero él se excitaba cada vez más al ver cómo me chupaba mis pezones, y al sentir como mis jugos mojaban la cabeza de su pene.
    
    Era riquísimo sentirme así, dispuesta a todo, esperando que ese macho cumpliera su palabra y no me penetrara, aunque yo lo deseaba atrozmente!!. Alfredo dejo de comerme los senos, y despegándose un poco de mi, comenzó a rozar su pene encima de mi clítoris, y en tanto ascendía y descendía, la ...
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