1. Primera vez con Blanquita


    Fecha: 20/06/2019, Categorías: Zoofilia Autor: AlejoAle, Fuente: SexoSinTabues

    Se llamaba Blanquita mi perrita, tenía apenas dos meses cuando llegó a casa, una pastor albino bellísima, era la primera perra que tuvimos pues siempre pensamos que era muy complicado cuidarlas cuando entran en celo, hasta que descubrí lo que era el placer que da una vagina sumisa de perra en celo. Siempre cuando llegaba por las tardes del cole y después de comer jugaba con Blanquita, era muy juguetona porque era apenas una cachorra, y se emocionaba mucho al verme. Pasados unos meses como todas las tardes después del cole me comentó mi papá que había que cuidarla más pues la habían llevado al veterinario porque se aproximaba el celo y que iba a estar muy inquieta. Pasaron varios días antes que se hiciera notorio, descubrí que me daba mucha curiosidad ver la vagina de Blanquita para el celo, pues siempre la había visto pequeña y cerrada, una florecita delicada donde seguramente no entraría nada. Habían pasado a penas 3 días cuando se empezó a notar que Blanquita se ponía más tranquila cuando la acariciaba el lomo y su vagina había crecido, parecía hinchada aunque mantenía su color blanco de su piel, pero al siguiente día me levanté temprano porque la curiosidad me mataba, la vagina de mi perra se había vuelto una obsesión, mi sorpresa al verla fue enorme, su vagina se había vuelto un panochon rojo y gordo que pedía a gritos ser follado, la tenía muy hinchada y roja que era imposible dejar de verla, cuando caminaba la pobre se le movía de un lado al otro de lo gorda que ...
    ... estaba… en ese momento me descubrí fantaseando con la vagina de mi perra y me sentí un poco sucio por el tabú que representaba, sin embargo me llenaba de morbo pensar en penetrarla y ser el primer pene que tendría adentro. Empecé a pensar en un plan para poder llenarla de mi iantes que su celo terminara y su vagina volviera a su normalidad. Pase todo el día agitado pensando cómo haría para poder poseer a mi perra, ese día no puse atención a clases por lo que me llamaron la atención muchas veces y yo lo único que pensaba era llegar a casa para estar con mi perra, al llegar después de comer comencé a jugar con mi perra, que se había vuelto mucho más dócil cuando sentía contacto cerca de su panza y su lomo, parecía que pedía ser tocada y penetrada hasta que jugando puse mi dedo cerca de su vagina roja e introduje un poco mi dedo medio que para mi sorpresa terminó mojado de lo lubricada que estaba, aquello me puso a mil, mi pene empezó a crecer en una erección tan fuerte que buscaba aquella húmeda vagina canina. No quería esperar más, ni hacer esperar a mi compañera que tan dócil esperaba volver a ser tocada por mis dedos, así que me la lleve al garaje, mi papá se acababa de ir, y la casa prácticamente estaba en silencio así que me apresuré, la llevé a escondidas y al llegar lo primero que hice fue meter mi dedo hasta donde pude, aquello me excitó demasiado, tanto que empecé a meter otro dedo que recibió sin inmutarse, metí tres y aquello me producía tanto placer que no me di cuenta ...
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