-
Recuerdo de estudiante
Fecha: 24/06/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... fue resbalado todo el tronco hasta el final. Me tenía completamente enculado. Una vez dentro comenzó un tímido bombeo que fue creciendo de a poco, me apretaba hacia él, gemía, me decía lo rico y apretadito que tenía el culo, lo carnoso de mis nalgas, lo guapo que yo era, en fin, caricias y besos en mi espalda. Su lengua bajaba por mis omóplatos. Así continuó unos minutos hasta que empezó a bombear más fuerte y a gemir más aún, su cuerpo se retorcía tras el mío, sus manos me atrapaban con fuerza, entró en éxtasis y pude sentir su desesperación por acabar, gritaba y me decía que yo era un niño muy rico y hermoso, al minuto sentí fluir su semen caliente dentro mío, pude sentir su torrente y notar cómo se desesperaba tras mío en una eyaculación que duró largos minutos, creo. Al cabo apoyó su torso sobre mi espalda y descansó, esperó a que su pene disminuyera por completo de tamaño para salir flácido desde mi interior, resbalando por el semen que comenzaba a escaparse desde mi culo. Transcurrido unos minutos encendió un cigarrillo y lo compartió conmigo, abrazándome y acariciando mi adolorido culo, mis nalgas, mis tetillas, mis piernas. Se regocijaba mirando mis nalgas que palmoteaba y con orgullo exclamaba que mi culito había "sido de él", que eran exquisitas y lo mucho que había gozado en ellas. Yo me sentía como una mina que acababa de hacerle el amor a su novio, él me daba unas piteadas del cigarrillo y luego me acariciaba con ternura, sus manos palmoteaban mis nalgas con ...
... sobrada satisfacción. Me besaba el cuello y de vez en cuando volvía a besar mis labios, intentado con su lengua una transfusión de saliva hacia mi boca. Su olor a cigarrillo y su barba me recordaban que era otro hombre, eso frenaba mis impulsos, pero igual respondía a sus estímulos por el temor que aún no me abandonaba. Nuestras lenguas se fundían en largos y desesperados besos. Así estuvimos un rato hasta que sus manos llevaron las mías hasta su pene, que nuevamente se mostraba erecto, esta vez me invitó a mamárselo. Lo tomé en mis manos y lo introduje en mi boca, recorrí con mi lengua toda su longitud, besé sus testículos, lo besé muchas veces tratando que luego llegara a eyacular, lo que finalmente ocurrió, sin antes sentir como su mano apretó mi nuca hacia su pelvis, logrando llegar con su pene hasta mi garganta, donde descargó su leche tibia y olorosa, la que me obligó a beber hasta la última gota. Al principio me dio un poco de asco, sin embargo la tragué rápidamente hasta dejar su cabeza rosada suavecita, viendo como poco a poco fue aflojando su rigidez hasta quedar flácido entre mis labios pegajosos. Ocurrido esto se apartó de mí y me devolvió el favor dándome una feroz mamada, procediendo a tragar también toda mi leche que tenía acumulada. Al momento fue al baño a ducharse, lo que aproveché para vestirme rápidamente. El tipo salió del baño y me despidió en la puerta, sin antes darme un último y final ardiente beso con que selló la velada. Me entregó un papel con su ...