1. Con mi mujer y su hermana


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El Crucero
    
    Capítulo I
    
    Decidimos estas vacaciones con mi esposa Adriana tomar un crucero por el caribe. A nuestra idea se acopló Silvia, la hermana de mi esposa.
    
    Llegamos al crucero y nos instalamos.
    
    Desde la primera noche tuve sexo con mi esposa, a pesar de comenzar las noches cansada, sin ganas, yo insistía y luego de tocarla y chuparla conseguía mi cometido. A la tarde del quinto día, mi esposa me comenta que su hermana estaba muy necesitada de sexo y que no le molestaría que yo pase la noche con ella, que sabía que me gustaba su hermana y como siempre andaba al palo y ella estaba cansada podía tener una noche mas tranquila.
    
    Silvia tiene un cuerpo delgado, huesudo, buenas piernas un tanto delgadas, tetas pequeñas, un culo no muy redondo, pero bastante paradito, tiene piel oscura, ojos verdes y una gran boca carnosa.
    
    Adriana, mi esposa tiene ojos azules, buenas tetas, piernas bien torneadas, de tez blanca, un culo bien parado y carnoso y una boca tambien grande y roja.
    
    Las dos me tienen muy caliente y mi mayor fantasía es tenerlas juntas en la cama
    
    Me sorprendió el comentario de mi esposa, pero trancé.
    
    Entré en el cuarto de Silvia, estaba con ropa interior blanca, que resaltaba su piel tostada. Ni bien entré al cuarto y la vi, no pude disimular una erección que levantó mi boxer.
    
    Sin contestarle, la tomé de la cintura y le dí un beso en la boca, esa boca con la que tantas veces soñé.
    
    Luego de eso, me dirigí directo a su concha, y luego de ...
    ... correrle la tanga hacia un costado se la comí por completo con mi boca. Ya estaba un poco mojada, pero con mis labios apretando su clítoris, se mojó aún mas.
    
    Silvia lanzó un suspiro, me miró a los ojos y me dijo:
    
    Saqué mi pija por el agujero del boxer y ahí no mas se la puse de un empujón.
    
    Y asi, acabamos juntos.
    
    Nos quedamos un rato sintiendo nuestras respiraciones agitadas, me dio un beso en la boca y me dijo, anda a dormir con Adriana, yo ya tuve lo que necesitaba.
    
    Me levanté, me fui a mi cuarto, Adriana ya estaba durmiendo.
    
    Capítulo II
    
    Al otro día llegue al desayuno un poco mas tarde que ellas dos. Cuando me vieron comenzaron a reirse.
    
    Con este comentario, yo estaba al palo otra vez.
    
    Silvia se quedó callada, como no creyendo lo que le decía.
    
    Yo no podía creer la conversación, finalmente las tendría a las dos juntas en la cama.
    
    Luego del almuerzo, Silvia confirmó que estaba interesada en probar esa misma noche el sexo anal.
    
    Y ahí fuimos los tres.
    
    Entramos y mientras yo compraba el lubricante Adriana y Silvia recorrieron el local. Vi como Silvia se quedó como hipnotizada delante de un traje de cuero negro, con un pene postizo que se ataba a la cintura y entre las piernas. El pene era realmente enorme, de latex negro, muy largo y muy grueso.
    
    Ella sonrió y me dijo, que lo que estaba pensando es que le encantaría tener aunque sea por un día un pene como ese.
    
    El paseo por el sex-shop me puso a mil. Me di cuenta que estaban con ganas que ...
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