Un suave masaje
Fecha: 25/06/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hola, me llamo Carla y les voy a contar lo que me sucedió hace un año.
Todo comenzó hace tres años, cuando un día mi marido Mariano me dijo en una charla que le gustaría hacer una tricota en la cama.
Desde ese día hasta hace un año sufrí, por ese y todos los comentarios que le siguieron.
Nosotros estamos casados hace doce años y tenemos dos hijos y para mi el sexo era como una etapa superada de mi vida, que la habíamos vivido muy fogosamente durante mi noviazgo, todo dentro de un marco lleno de ética y moral, sin cosas raras, como verán soy muy religiosa y no me gustan las cosas que afecten mi moral, (pero esto me sirvió solo para sufrir como una tonta)
Ya, a los años de casada un día Mariano apareció en casa con un regalito para mi, se trataba de un consolador, que se lo tire por la cabeza sin dudarlo, y le dije que yo no era ninguna puta para usar esas porquerías.
Después de casi una semana de no hablarnos, me sentí un poco culpable al ver a Mariano andar por la casa como un perro con la cola entre las patas, y nos volvimos a poner bien, con la condición de nunca volver a hablar del tema. (como verán tampoco me gustaba hablar de sexo, para mi era un tabú).
Muchos meses después mientras hacíamos un 69 (cosa que siempre disfrute mucho) estaba muy excitada y sentí que Mariano me penetraba con algo que no eran sus dedos, pero se sentía tan pero tan bien que solo me dispuse a seguir gozando del momento, y esa noche lo hicimos tres veces, cosa que hacia mucho ...
... no pasaba.
Esa noche solo goce, pero sabia que había usado ese consolador de mierda, (que suerte que no lo tire aquel día). pero a Mariano no le podía decir lo bueno que se sentía después de haberle hecho semejante quilombo.
El tiempo paso y seguimos disfrutando de esa porquería.
Este relato fue de introducción para que me conozcan ahora empieza lo que comenzó hace tres años atrás.
Un día estabamos charlando y me dijo que le gustaría algún día hacer una tricota en la cama, a lo que respondí ni lo sueñes y me levante de la meso y me fui a dormir, cosa que no pude hacer en toda la puta noche.
Mil cosas me pasaban por la cabeza creía que ya no me quería mas, que este era el comienzo del fin de nuestro matrimonio, que no tenia vergüenza de querer traer a una puta a mi cama, y que seguramente se la estaba cogiendo en otro lado.
Esto no fue nada comparado con lo que vino después.
Unos días después me dijo que la tricota la quería hacer con otro tipo, Chau, dije: cogemos tan poco que se hizo puto.
Pero con el tiempo me di cuenta que no era así y solo me insistía solo cuando hacíamos el amor y yo estaba re caliente por acabar.
Siempre me decía que quería hacerme sentir como una reina junto al y otro mas y que quería verme gozar con otro y bla bla bla.
Durante dos años me rompió las pelotas siempre con el mismo cuentito y yo ya no le daba bola.
Hasta que un día hace un año volví a casa después de haber compartido un día de pileta con unas viejas amigas, ...