El fotógrafo porteño - Relatos Eróticos

El fotógrafo porteño

Esta historia me sucedió hace tres años, yo estaba viviendo en CABA, Argentina, estaba sola en un departamento y mi pareja se encontraba muy lejos. La casa era muy grande para mi y me aburría mucho, me pasaba los días comiendo, bebiendo y jugando con mi consolador en la Conchita, si bien el consolador es riquísimo y me masturbo de maneraa increíbles, estaba muy aburrida. A menudo entraba en mi cuenta de Facebook e instagram para ver las novedades. Una noche, un contacto mío de instagram, subió su último trabajo fotográfico, le envié un mensaje para hacerle saber que su trabajo me parecía genial, y que sería muy lindo ser fotografiada por él. Acto seguido me contestó que estaba agradecido por mis palabras y que cuando quisiera, él me tomaría fotos.A este contacto yo ya lo había conocido una vez en una muestra fotográfica en la que yo había sido modelo, él fue a ver la muestra y hasta mi madre notó que él deseaba verme con menos ropa.Volviendo a.la historia inicial, este muchacho de nombre Ariel y yo, quedamos esa noche, en vernos un rato a la tarde del día siguiente para comer algo y charlar.El día siguiente yo estaba increíblemente nerviosa, salí de mi departamento a eso de las 3 de la tarde, me fui a la peluquería y compré ropa. Fui para donde nos habíamos citado y nos vimos tipo 6 de la tarde. Fuimos a comer algo a una cafetería, no había muchas opciones por esa zona. A la hora de irnos, una pregunta resono en mi cabeza "¿queres venir a casa?" como hacía mucho frío, le ...

... dije que si. Así que emprendimos viaje a su casa. Una vez que llegamos, me mostró su Dpto, pequeño pero acogedor y bien decorado. Me sirvió una copa de vino, me pintó el pelo con un tinte temporal y me dijo que sabía hacer masajes relajantes, como yo estaba muy tensa, le pedí que me hiciera masajes, agarró aceite de bebé y se humedecio las manos. Empezó acariciandome todo el cuerpo, me acarició los brazos, el pecho y la panza, hasta que estuve bien relajada y me quité la remera para quedar en corpiño, me di vuelta para que empiece con los masajes, y así lo hizo, empezó en los hombros y cuello, comenzó a bajar por la columna, me masajeo un poco en la ciatica y me empezó a bajar el pantalón, me masajeo las nalgas y empezó a rozar mi ano, yo me hice la tonta y lo dejé hacer, me masajeo el ano de una manera increíble, en un momento me voltie, lo miré y le dije que me hiciera lo que quisiera EN EL ANO, sin dudarlo ni un segundo, se colocó un preservativo, me echó un chorro de aceite en el orificio y me enterró la verga.hasta el fondo del ano, al principio se movía muy despacio porque sabía que me dolía, pero le pedí que me dé más fuerte, sentía su pene rozando dentro de mi recto y esto me generaba una sensación increíble, un poco de dolor, muchísimo placer, el roce del glande era brutal y tuve un violentisimo orgasmo anal, seguí pidiendo más, porque el anal me puede y mucho. Él siguió con fuerza y velocidad hasta que acabó dentro de mi ano. Al sacar el pene, notamos que la culeada ...