1. Lady Domina en mi gimnasio (2)


    Fecha: 28/08/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero no me sentía vejado en exceso por mi cachondez. Me volvió a azotar con la mano y me siguió insultando y yo estaba más y más cachondo y con mi polla dolorida debido a una erección fuerte, ella volvía a reír sarcástica e histéricamente y me volvió a azotar la espalda con un látigo.
    
    Después de abusar de mí, me descolgó y me puso encima de un colchón en el que había cuatro cinchas para que me pusiera bien a cuatro patas. Me puse así, las ató bien y me empezó a lamer el ojete. Yo estaba rendido ante sus lamidas anales y caí en un paroxismo sexual y me desmayé de lo bien que me lo hacía la muy puta. Mi boca era un no parar de gemir, jadear, suspirar, gañir y gruñir de puto placer anal. Se puso de rodillas detrás de mí, me agarró con fuerza, dio un empellón y me clavó todo el strap−on hasta que chocó con mi culo. Yo estaba algo abierto de patas, para que mientras me follase me pajeara. Me estuvo usando, sometiendo y dándome placer anal y yo era una máquina de gemir y suspirar sin parar, notaba ...
    ... como mis cojones se inflaban e inflaban y se cargaban de lefa y mi polla se endurecía más y más mientras esta puta zorra me insultaba sádica y sexualmente y me azotaba en las nalgas.
    
    Al cabo de más de media hora de usarme analmente y masajearme y magrearme los cojones, me corrí muy placenteramente y pegué un alarido como nunca lo había hecho, pues había tenido un indescriptible orgasmo producto del sometimiento anal que me había practicado esta puta zorra. Expulsé mucha lefa como si una botella de leche hubiera explotado. Al haber eyaculado, esta zorra madura sacó su strap-on de mi ojete, me liberó de las cinchas y me preguntó que si había gozado. Yo le dije que sí y mucho y que había tenido un corrimiento brutal y que me había quedado sin fuerzas. Ella se desnudó, me acompañó a la ducha, nos duchamos juntos y todavía le dio tiempo a hacerme una placentera mamada que me dejó todavía más relajado. Mientras nos secábamos, me prometió quedar para otra vez y que echaríamos un buen polvo en condiciones. 
«12»