1. CHAT HOT


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Masturbación Autor: ManCatHotxh, Fuente: xHamster

    ... que crecía en mí. Luego desconecté mi mente absurda, cerré la puerta de mi habitación, que, aunque vivía sola, me daba más intimidad, y decidí a desnudarme. Note que mis pezones se habían endurecido, tomando el color de la pantalla de ordenador. Mientras con una mano agarraba el ratón, con la otra jugaba con mi sexo, imaginándome como sería que me lamiese, sentir su cabeza entre mis piernas. Un mordisco intencionado, un suave roce de su lengua por el exterior de mi vagina, para luego notar como sus dedos me penetran, me buscan por dentro para acariciar exactamente donde me pondría a mil.Deseaba tenerlo dentro, que mientras estuviera entre mis piernas, lo agarrase con ellas, apretándolo hacia mí interior, para que no se soltase, mientras que él, además de investirme, me agarraba los pechos y los utilizaba como impulso, agachándose en ocasiones para mordisquearme los pezones, o susurrarme al oído que me lo quería hacer toda la noche.Sin darme cuenta y sin saber cómo, empecé a notar como la silla estaba mojada de mis fluidos, ...
    ... de como había empezado a introducirme los dedos en mi vagina con insistencia, como, mientras hablaba con el extraño alternaba el ratón y el teclado con la mano derecha, para además de meterme los dedos, estimularme el clítoris para llegar antes al orgasmo. Me apetecía un buen polvo, llegar al orgasmo gritando y quedándome tumbada en la cama sin respiración. Sin embargo, el clímax lleno en la silla de mi escritorio, con un grito contenido para que no se enterasen los vecinos. Mi excitación me había hecho sudar de lo lindo, y estaba por un lado eufórica, y por otro rendida. Leí la conversación que había tenido. Me había dicho que le gustaría que quedásemos para tener sexo. Me quedé pensando en esa frase, como quien se queda pensando en el significado de la vida en la orilla del mar en una noche estrellada. Mis manos, húmedas y pringosas, se dirigieron al teclado, sabía que lo pondría todo perdido, pero tenía que responderle. Mientras escribía, comprobé lo que había puesto en su conversación privada sonriendo: “Quizás otro día”. 
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