Voyerista esposa exhibicionista 2
Fecha: 28/08/2017,
Categorías:
Fetichismo
Voyerismo
Sexo en Grupo
Autor: metrosexualmex, Fuente: xHamster
... adentro y no saber quién se la estaba clavando, no le importaba saber sí era yo u otro hombre, un conocido o un extraño o quizá hasta un familiar; así que le cumplí su fantasía erótica. Los muchachos se apartaron de mi esposa, ella se quitó la ropa con calma, mostrando de manera cachonda, su cuerpo de mujer madura, hasta quedar totalmente desnuda, mientras los jóvenes se acariciaban sus vergas, creo que uno eyaculó precozmente, pues de repente el vestidor olía a mecos. Saqué a mi esposa del vestidor y la recosté sobre un aparato para hacer abdominales, le até un paliacate negro en los ojos (lo uso como bandana), los muchachos sacaron varias cintas y la amarraron, ataron ambos brazos y tobillos, las cuatro extremidades hasta que la dejaron en “equis”, mis alumnos se cercioraron de atarla bien; para que, según ellos no se resistiera, pero le abrieron las piernas de más, para evitar que en la verguiza fuera a cerrar las piernas o ponerse apretada. El trato fue el siguiente: uno por uno se iba a coger a mi esposa durante cinco minutos, sólo la penetrarían de frente, yo iría hasta lo último pero lo haría anal; la verdad yo no quería entrar al batidero de mecos que sabía le iban a dejar los muchachos en la panocha de mi esposa; además quería que mis alumnos vieran como le reventaba el culo a mi ...
... esposa. Cada chavo podía manosear a mi esposa a su antojo, pero sin lastimarla ni hablar, ni gemir, para que ella no supiera quién se la estaba clavando. Esto yo lo hice a propósito, para que no se encariñara con una sola verga y después ella quisiera que el mismo chavo se la estuviera clavando siempre, era como mi seguro anti- infidelidades no permitidas. Yo les dije que tenía que ver cómo se la cogía cada uno, pero a mis alumnos no les gustó esto, decían que frente a mí se “chivearían”, tal vez tenían razón pero yo no quería perder detalle de cómo se cogían a mi esposa, no era por seguridad, ni nada de eso, sólo era el puro placer de ver a mi esposa penetrada una vez tras otra, de verla encuerada retorciéndose de placer con cada alumno, de verla como a una putita que se traga una verga tras otra sin llenarse. Los muchachos no se animaban a cogérsela delante de mí, pero aceptaron, cuando les dije que era solo para evitar que a alguno se le ocurriera la brillante idea de gravar o fotografiar a mi mujer desnuda y cogiendo, les pareció algo lógico y comenzó el festín de vergas, mi esposa en “equis” amarrada y, cada alumno entrando para hacerle de todo y cogerse a mi mujer a su antojo, ella no vería quién le bestializaría el coño, sólo sentiría cada penetración; pero eso…. ESO ES OTRA HISTORIA.